Capitulo 6:

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Ruben se deja caer en una de las tantas mesas del comedor. Sus padres conversan con los de su futura esposa, y puede sentir la mirada de Miguel como punzadas en la cabeza, Mali-Koa juega con sus dedos mientras sueltas risitas. El castaño rueda los ojos un poco aburrido, y aleja su mano. El pelinegro toce forzadamente, y con una seña señala a su hermana con molestia, Ruben comprendió y vio a la muchacha algo cabizbaja jugando con los cubiertos de su plato.

—Ruben—Miguel dice, el nombrado lo observa, y agrega—No me has enseñado los demás salones, te parece si me da un recorrido..—era claro que el ojinegro no quería un tour por el palacio, sólo quería dejarle unos puntos en claro al príncipe y así poder estar tranquilo de que su única hermana no termine con el corazón roto.

—¿Ahora?—pregunta tomando un poco de café, y el ojinegro asiente mientras se levanta—Está bien.—mira a su novia por unos segundos, y con la mano le dice al príncipe de Inglaterra que lo siga.

Miguel se recuesta sobre una de las paredes doradas del salón de música, se sentía bien estar rodeado de una variedad de instrumentos que él acostumbraba a tocar de pequeño. Ruben toma asiento frente al piano y coloca sus dedos sobre las teclas blancas tocando alguna canción.

El ojinegro deja de prestar atención a los alrededores del elegante salón, y su mirada se concentra en Ruben—el cual mantiene los ojos cerrados, dejándose llevar por la melodía—. De a poco a poco se acerca, y con cuidado se sienta junto a él.

Sus dedos toman las teclas y comienzan a tocar la misma melodía juntos, como una sólo persona. Miguel quiero reír por lo cliché que es esto, pero se muerde la lengua y se concentra en las notas. Ruben puede sentir la mano tibio contraria chocar con la suya, y puede sentir como su cuerpo reacciona de una manera distinta.

Yo solía gobernar el mundo,
los mares se alzaban cuando yo lo ordenaba.
Ahora, cuando llega la mañana, yo duermo solo,
barro las calles que antes solía poseer.

Miguel da un par de toques, mientras escucha la voz de Ruben murmurar las palabras de la canción, sonríe y en un intento de ir hacia a la siguiente nota, su mano y la del ojiverde chocan y ambos se observan por el rabillo del ojo.

Yo solía tirar los dados,
sentía el miedo en los ojos de mi enemigo.
Escuchaba cómo la gente cantaba:
"Ahora que el viejo rey ha muerto, ¡larga vida al rey!"

Ruben relame sus labios sintiendo su piel quemar al escuchar como Miguel completa la frase. Sonríe para sus adentros, y siente el ritmo tomar sus dedos. Aquella canción llamada "Viva la Vida" se la enseñaron cuando tenía apenas seis años, y amaba cantarla.

Por un minuto yo tenía la llave,
al siguiente las paredes estaban cerradas ante mí.
Y descubrí que mis castillos estaban construidos
sobre pilares de sal y pilares de arena.

Ambos cantan el tercer párrafo mientras se observan a los ojos con sinceridad. Probablemente Miguel lo estaba juzgando muy rápido y debía darse cuenta que si de un día a otro tienes a una princesa al lado con la cual deberás casarte dentro de un par de años, probablemente el no estar acostumbrado a una compañía, desata todo ese coraje y malhumor que siempre ha tenido el castaño.

Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando,
los coros de la caballería romana están cantando,
son mi espejo, mi espada y mi escudo,
mis misioneros en un campo extranjero.

Ruben con cuidado se inclina hacia el pelinegro, y lo hace por instinto. Miguel no se aparta, pero trata de saber qué es lo que va a hacer el príncipe, así que él lo imita. Sus narices casi rozándose, y ambos mirándose fijamente.

Pero un mal movimiento del pelinegro hace que una de las teclas resuenen en el salón, se separa inmediatamente, se levanta y sin dirigir mirada alguna a Ruben, sale a pasos rápidos.

—¿Qué d-diablos..? ¿Acaso me iba a besar?—murmura mientras camina por las escaleras.

Y Ruben se queda estático, pensando en lo que estaba a punto de hacer.

Give Me Love|| Rubelangelजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें