Capitulo 2:

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Ruben cierra la puerta de su pieza con fuerza. ¿Qué demonios debía hacer para que todos se dieran cuenta de que le faltaba ser amado? Él quería que su madre hablara con él como antes, que lo abrace con fuerza mientras juega con su cabello, o que su padre venga por las mañanas con un par de soldados y le enseñe a cómo montar un caballo. Extrañaba aquellos tiempos en lo que se podría decir que era feliz, pero nació su hermana y toda su atención se fue a ella.

Las noches en las que solía esperar a su madre para que le dé el beso de buenas noches, se esfumaron como un recuerdo y así los llantos de la pequeña Darly ocupaban la atención de esta. Las aventuras que su padre solía contarle cada vez que cabalgaban por el bosques, han sido remplazadas por las risas entre el rey y la princesa, que ahora son más unidos que nunca.

Nadie podía verlo, pero Ruben actuaba de esa forma para poder tener la atención de todos en él. Para que el pueblo se dé cuenta de cuanta falta de cariño necesitaba, pero parece que su plan se estropeó, ya que, todos piensan que es sólo un príncipe encaprichado sin modales.

Tocan la puerta, y entre dientes murmura un simple "pase". La puerta rebela a una mujer algo rubia, con un vestido morado con pliegues blancos, un peinado de lujo junto a una corona llena de diamantes preciosos. Su madre es hermosa, y Ruben lo tenía perfectamente claro.

—¿Por qué andas tan solo últimamente?—toma asiento junto a su hijo, y acaricia su rostro con gentileza. El castaño se estremece al tacto que solía recibir cuando era pequeño, y coloca su mano sobre la su madre con cariño.

—Sólo necesitaba pensar, mamá.—responde mirando los ojos verdes que heredó de ella.

—Bueno, no quiero dejarte sólo en el reino y es por eso, que vamos a ir pasear al pueblo con el carruaje y..

—Madre, no quiero.

—Ruben, sé que eres un adolescente y estás en esos cambios abruptos de ánimos, pero vamos hazlo por tu madre, además después del paseo tendrás una sorpresa al llegar—la reina palmea su hombro, y el príncipe lo duda un poco.

—¿Qué clase de sorpresa?—pregunta a la par que su madre se levanta con una sonrisa.

—Si vas, lo sabrás.

—Y si no voy, también.

—Estás echando a perder toda la magia—Ruben ríe, y se levanta.

—Está bien, iré.



El viaje por el pueblo había sido algo incómodo. El príncipe y la princesa trataban de evitarse a toda costa, se lazaban miradas vengativas y unos que otros gritos como "¡Mamá, Darly me ha empujado" "Ruben, deja de ser tan arrogante" "Hey mira, esa niña debería ser mi hermana, ¿no crees?" "Cállate o le diré a papá" "Deja de mirarme, sé que soy guapo.." "¿Podrías callarte? Mamá trata de decirle algo al señor" "Deja de rodar los ojos, te ves más fea de lo que eres "¡Ruben" "¡Darly¡"

Y el rey tuvo que regresar al reino temprano por sus ambos hijos. La reina se sentía avergonzada por las miradas de los pobladores, los cuales se cuestionaban por el comportamiento de su pequeña hija. Darly es aquella hermana correcta y responsable que todo padre desea criar, pero Ruben la saca de sus casillas en menos de un segundo y eso ocasiona los gritos frustrantes de la castaña.

—Ni se te ocurra subir a tu pieza, jovencito—Ruben bufa y mira hacia el exterior, observando a los agricultores sembrar o conversar entre ellos—¡Ruben, mírame cuando te hablo!—exclama molesta, y el nombrado la observa—Cuando lleguemos quiero que saludes a cada una de las princesas, y no seas mal educado con sus padres, ¿entendido?

¿Princesas? ¿Había escuchado bien?

—¿Qué demon..—su padre lo fulmina con la mirada, y Darly ahoga una risilla.—¿Por qué habrán princesas en el reino, madre?—pregunta con sutileza y elegancia, causando sonrisas de orgullo en el rostro de sus padres.

—Querido hijo mío, tú vas a elegir a la mujer que gobernará este reino contigo.—los ojos del príncipe están por salirse de sus órbitas por la impresión.

—¿Qué? P-Pero si quedamos que elegiría a mi esposa cuando cumpla los diecisiete, y estoy a dos años de cumplirlos.

—Es hora de que tengas alguna responsabilidad y así puedas cambiar tu carácter de niño encaprichado—el rey murmura, cosa que Ruben escucha y aprieta los puños, sintiendo sus nudillos doler.

—No soy encampri..

El carruaje se detiene y uno de los caballos relincha dando a entender que han llegado.

—¡Llegamos! ¡Pido el lugar de la derecha!—con eso Darly sale corriendo, y la reina detrás de ellas.

Ruben da un suspiro, se sentía nervioso de bajar y encarar a todas esas chicas de distintos reinos. Su padre le da un empujón, y el castaño mira el suelo tratando de calmarse. Habrá princesas bellas, y tendrá que sacar provecho de ello.

—Espero que elijas a la indicada, hijo—su padre coloca su mano en el hombro del ojiverde y así avanzan hasta la puerta central del reino.

Unos soldados los escoltan por detrás, y las trompetas suenan haciendo que los nervios del príncipe suban hasta los cielos.

—Denle la bienvenida al príncipe de Escocia: Ruben y a su padre, el rey Arthur.—el duque dice desde la parte alta de las escaleras, y las princesas giran sus rostros con rapidez.

Ruben podía ver tantas caras distintas, que una llamó su atención.

Y ese era Miguel, el hermano de la princesa de Inglaterra.  





Give Me Love|| RubelangelWhere stories live. Discover now