Mi mundo se caia a pedazos
no habia luz en mi oscuridad.
El destino me sorprendió
poniendote en mi camino
¿Era una coincidencia?
En un mundo de mentiras,engaños e ilegalidad.
¿Puede nacer el amor?
Él, es el rostro de un amor prohibido...
Esperé fuera a que acabaran, no quería interrumpir.
No podía ver la cara de Colin porque me daba la espalda pero la de Matt no me gustaba nada.
—Hola Aria —dijo Colin marchándose.
—Hola, ¿todo bien? —pregunté a Matt al entrar en la oficina.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—No mucho —la mirada de Matt era muy seria.
—Voy a ir por algo de beber, espérame.
Salí a por algo caliente de beber que calmara los nervios.
—Toma.
—Gracias Aria.
—De nada, ¿puedo ayudarte en algo?
—No, es solo un pequeño malentendido, pero se pasará, a veces Colin es demasiado intenso.
—Bueno... ¿y pudiste solucionar eso que querías?
—Sí, ya está todo en orden —intentó sonreír.
—¿Ya no más mentiras?
—No más mentiras.
—Bien.
Seguimos trabajando, hasta la hora de comer; fuimos los dos solos, ya que Lisa estaba ocupada y Colin era mejor no acercarse a él en esos momentos.
—Estoy hambriento ¿y tú, qué vas a pedir hoy? —preguntó Matt.
—Mmm, creo que algo de pasta.
—Jajaja, no cambias, ¿no te cansas?
— ¿La verdad? No, jajaja, me encanta.
— ¿Sabías que soy un chef experto en comida italiana?
— ¿Ah, sí?
—Sí, algún día te la daré a probar.
—Eso me encantaría, espero que no sea un día muy lejano —le guiñé el ojo.
Intentaba coquetear con él pero parecía no darse cuenta.
El resto de la tarde fue movida, teníamos mucho trabajo. La expansión que estaba planeando Ryan nos traía de cabeza a ambos.
Llegué a casa y los chicos no estaban, habían dejado una nota en la nevera.
"¡Hermanita!, hemos ido a resolver algunas cuestiones sobre la fiesta, no nos esperes.
Bryan y Tyler."
Cogí la mochila de la piscina y me marché. Esperaba encontrar a Matt allí y esta vez sería yo la que propusiera el juego acuático. Estaba decidida.
Pasé por la piscina pero no lo vi, así que eché un vistazo a la sala de lucha, jamás me había pasado por allí hasta que él me lo dijo y allí estaba, en el ring.
