Mi mundo se caia a pedazos
no habia luz en mi oscuridad.
El destino me sorprendió
poniendote en mi camino
¿Era una coincidencia?
En un mundo de mentiras,engaños e ilegalidad.
¿Puede nacer el amor?
Él, es el rostro de un amor prohibido...
—Mañana es el día, deberás estar al cien por cien, no hay posibilidad de fallos, porque, si no, esto habrá acabado.
—Sí, estaré al ciento diez por cien —sonreí.
—Te veo mañana entonces.
—Sí, hasta mañana.
Volví a casa, seguía sin saber nada de Matt y tenía una sensación muy extraña, algo que no me dejaba relajarme.
Llamé a Colin poniendo la excusa de que no localizaba a Matt y me urgía verlo por algo del trabajo.
— ¿Podrías darme su dirección?
—Claro, apúntala.
—Gracias.
Fui a casa de Matt, tenía la esperanza de encontrarlo allí.
Pero lo que vi fue aún peor, la puerta estaba abierta, y toda su casa revuelta, ya no pude aguantar más y llamé a la policía.
Me tuvieron toda la noche de papeleo y preguntas en comisaría, apenas dormí nada, estaba realmente agotada y por la mañana era mi prueba; no podría ir peor.
Fui a casa, tomé una larga ducha.Apenas pude dormir un par de horas cuando sonó la alarma y tuve que ir al estudio de grabación.
— ¿Buenos días?
—Hola, Luke, no tienen nada de buenos, ya te contaré luego.
—Pero, ¿estás bien?
—No, la verdad no, pero tengo que hacerlo, Aaron no me dará otra oportunidad.
—Puedo... ¿ayudarte en algo?
—No, no te preocupes solo vamos a ver qué tal sale antes de que venga.
Entré al estudio, pero no me dio tiempo de nada ya que Aaron estaba allí.
—Llegáis tarde.
—Lo siento, ha sido culpa mía
—Bueno, imagino que estará todo listo, ¿no?
—Sí.
—Pues comencemos.
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Me puse los auriculares y miré el micrófono, la sensación de que todo lo que me rodeaba me absorbía iba en aumento, sentí como pánico, parecía hundirme y la sala me daba vueltas, no podía concentrarme y mi voz salió horrible, quebrada.
Una lágrima recorrió mi mejilla mientras veía a Luke a través del cristal con cara de preocupación, y a Aaron, de enfado.
—Lo siento, no, no puedo.
Salí corriendo de allí sin mirar atrás, estaba dejando escapar una oportunidad que jamás volvería a presentarse, no podía pensar, mi pecho se encogía más y más como si me faltara el aire.
