Cap 2: Primer día de trabajo

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Subí a la planta donde se encontraba el despacho de Gabriel y llamé a la puerta.

—Adelante.

—Buenos días.

—Buenos días, Aria.

Era un despacho amplio con mucha luz y había un hombre con apariencia tímida que también, al parecer, me esperaba.

—Él es Mark Leviels, el jefe de esta filial.

—Encantada, soy Aria Evans.

—Un placer —dijo tendiéndome la mano y colocándose las gafas con la otra.

—Bien, siéntate, te explicaremos en qué consiste tu trabajo.

—Sí, gracias.

Me explicaron que mi trabajo consistía en registrar y elaborar los expedientes sobre clientes y en ocasiones ayudar a la captación de los nuevos y a la continuidad y renovación de los que ya lo eran.

—Tendrás que trabajar conjuntamente con tu compañero que es el que se encarga del trabajo gráfico.

—Entendido.

— ¿Alguna duda? —preguntó Mark.

—En principio, creo que no.

—Bien, pues bienvenida a la empresa —dijo dándome la tarjeta de trabajador de la empresa.

—Muchas gracias.

—Tengo que marcharme, nos veremos en otro momento —Mark se marchó.

—Sí.

—Bueno, acompáñame, te llevaré a tu oficina —indicó Gabriel.

—Voy —contesté levantándome de la silla.

Fui con Gabriel a una oficina en la misma planta. Era una oficina pequeña que tenía una inmensa ventana con unas vistas increíbles de la ciudad, muy luminosa y con dos mesas con sus respectivos PC y un pequeño sofá con una mesa baja.

—Qué bonito —comenté acercándome a la ventana.

—Tu compañero estará ausente unos días, así que tendrás tiempo para adaptarte mientras él llega.

—De acuerdo.

—Cualquier cosa que necesites ya sabes dónde estoy.

—Sí, gracias.

—Con confianza, ¿de acuerdo? —dijo sonriendo.

—Sí, gracias

Gabriel se retiró y me quedé con todo el papeleo intentando organizarme y mirando por dónde poder empezar.

Un chico moreno alto y pálido entró y se me quedó mirando.

—Hola, soy Aria Evans.

—Colin, vi luz y pensé que ya había vuelto, discúlpame.

—Ah, no, me dijeron que aún tardará unos días en volver.

—Oh, de acuerdo y bienvenida —añadió marchándose.

—Gracias —dije sorprendida

"¡Que chico más raro!", pensé.

Los tres primeros días pasaron volando y llegó el fin de semana.

Hoy había quedado con Lisa, iba a llevarme a un lugar donde hacen sesiones de micro abierto para dar a conocer a nuevos cantantes, me había apuntado para que al fin pudiese tener mi oportunidad de demostrar si tengo valía.

Como Si Te Conociera ©  Where stories live. Discover now