Cap 3: Luchando por un sueño.

809 80 58
                                    

La gente aplaudió, por unos instantes pensé que había sido un desastre.

—Muchísimas gracias.

Al bajar del escenario estaba Hannah, a la cual miré y sonreí como intentando que se diera cuenta de que todos no éramos iguales.

—Genial, ¿ves? Te dije que gustaría.

—Sí, gracias Lisa —dije sonriendo.

—¿Estás bien? Pareces pálida. ¡Aria!

Mi vista se nubló un poco y casi caigo pero Colin me sujetó por detrás.

—¡Compañera! Ven, vamos dentro.

Me llevó detrás del escenario y me acomodó en un sillón que había, dándome una botella de agua.

—Ha sido tu primera vez, ¿no?

Negué mientras bebía.

—Has estado muy bien.

—Gracias, estaba nerviosa, hacía mucho que no subía a un escenario... Pensé que jamás volvería.

— ¡Pues has vuelto!

—Sí, eso parece —dije sonriendo.

—Quédate sentada un rato y luego deberías salir a tomar el aire.

—Sí, gracias, lo haré. Por cierto, tú has estado increíble, sé que te lo dirán todos los días pero... me ha gustado mucho.

—Gracias, viniendo de alguien como tú, es agradable. Ver que alguien con talento te valora —dijo haciéndome un guiño.

—¿Mejor? —intervino Lisa.

—Sí, gracias.

—¿Puedo dejarte sola? —preguntó, señalando al supuesto ligue que había conseguido.

—Claro que sí, anda vete y disfruta —reí.

—Te adoro, lo sabes, ¿no?

Asentí y con mis manos la alenté a que se marchara.

Me levanté y salí a la calle, por la puerta que Colin me había dicho, para tomar el aire, era un patio bastante amplio.

Al salir vi a un chico apoyado en la pared con la cabeza en las nubes y sonreí, así en medio de la oscuridad me pareció el hombre del coche. Pero al acercarme un poco más pude ver que su ropa era distinta y que no se parecía. "Es obsesión mía", pensé.

—Espero no molestar —dije, sentándome en una caja que había cerca.

—No, para nada.

Nos quedamos en silencio, mirándonos.

Era un hombre castaño y con una sonrisa perfecta, pero parecía preocupado por algo. Su complexión era la de alguien que hacía mucho ejercicio, se le notaba.

—¿Estás bien?

—Sí, sí, no te preocupes. ¿Y tú? Pareces pálida.

—Sí, ahora ya sí, solo creo que fue un poco de pánico escénico —dije sonriendo.

—Oh, ya veo.

Me puse de pie y me acerqué para verlo mejor. Tenía cierto aire misterioso que llamó mi atención. Pude ver que tenía un vaso en la mano y que su estado era un poco pasado.

Él me miró negando.

—No fue mi mejor día.

—Aún no acabó, siempre puede mejorar —le hice un brindis de mi botella de agua contra su vaso.

Como Si Te Conociera ©  Where stories live. Discover now