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capítulo de relleno
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—¿Por qué? —Madison entró a la habitación del menor hecha una furia y dando un gran portazo a la hora de cerrar la puerta—. ¿Por qué mierda hiciste eso?.

Tyler frunció el ceño con molestia, no quería reclamos por parte de su hermana, y tampoco quería hablar del tintado, al menos no ahora. Sus ojos estaban rojos e hinchados, tan solo habían pasado un par de minutos y Tyler ya se había soltado a llorar.

—No quiero reproches —murmuró apenas con la voz ronca y temblorosa—, no necesito de tus sermones.

—Necesitas más que simples reproches —chilló la rubia, dando una fuerte bofetada al menor—. No lo entiendo Tyler —hizo una pausa, y dejó escapar unas cuantas lágrimas—. Josh te amaba, y lo seguirá haciendo, aún después de haber escuchado cuanta mierda le hayas dicho.

—Tú no lo entiendes Madison —el castaño alzó la mirada, estrellando sus hermosos ojos castaños con los verdosos de su hermana—. Nadie puede amarme, yo no merezco ser feliz o ser tratado de ese modo. Josh tenía que entenderlo, de alguna forma.

—Él quería ser feliz contigo, él solo quería estar junto a ti —Madison murmuró.

—Yo no lo quería así.

—T-tú, tú eras feliz —ella frunció sus labios.

—Ahora no lo soy. Porque vivo escondiéndome y huyendo de una maldita sociedad homofóbica.

—Eso no tiene sentido, no justifica tus acciones —Madison soltó con enfado—. Te arrepentirás de haber hecho esto, te arrepentirás de haber dejado ir a Josh —dio un suspiro, y salió de la habitación del menor.

Y tal vez tenía razón. Tyler estaba comenzando a arrepentirse, pero no podía se permitir herir al tintado. El menor creía que podía contagiar al teñido de toda esa mierda de la cual estaba rodeado.

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