12. Goodnight kisses.

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N/A: ¡Aquí otro capítulo! Este bastante corto y algo lento, pero espero que les guste. Uno de mis capítulos favoritos será el 14, así que les recomiendo que lo anticipen bastante. Probablemente será más largo, y hay posibilidades de que lo publique en dos partes diferentes. 

Lamento la demora, pero he estado ocupada con varias cosas que me han consumido tiempo, y espero pronto poder tener más para acelerar el ritmo y ponerme a escribir. ¡Espero sus votos y comentarios, ya que me motivan muchísimo! Sin más, aquí les dejo el capítulo, y espero que les guste; se titula "Goodnight kisses". 

...

Las noches parecían más dóciles si se vivían en lugares más altos. Desde el tejado de una casa, por ejemplo, o la terraza vacía de una tienda de café. Seúl se veía hermosa de noche; bastante hermosa, a decir verdad. Y Hoseok, que había vivido toda su vida en esa ciudad, no pudo evitar pensar al respecto mientras le entregaba a Donatella, con suavidad, una taza de café.

—Gracias —musitó ella.

Él le sonrió, y no dijo nada. Se situó a su lado junto al barandal y suspiró, pensando que estaba haciendo algo de frío por esa época, y un café nocturno no iba nada mal. Era perfecto para calentarse, y para lograr quedarse despierto toda la noche hablando con ella.

—Es una bonita noche, ¿cierto? —alegó ella, estirándose un poco con los brazos apoyados sobre el barandal, dejando que la taza de café colgase en sus manos. Hoseok sonrió; Donatella era increíblemente perfecta. Era preciosa, lista, segura de sí misma... No importaba lo que dijesen los demás, ella era perfecta para él.

—Muy bonita —afirmó Hoseok, aunque solo mirándole a los ojos. Ella se dio cuenta, observándole por un par de segundos antes de empujarlo suavemente por el hombro.

—¿Qué dices? Ush...

Compartieron una risa. Hope sorbió de su café, y la miró a los ojos con ternura. Ella parecía avergonzada, y no parecía estar muy segura de qué decir.

—Ese día... el de la fiesta...

—Yah, realmente no tenemos que hablar de eso si no quieres —afirmó Hoseok, mirándole a los ojos con una expresión tranquila—. Está bien.

—Oye, ¿cómo que no? Me salvaste, Hoseok... —comentó, mientras volvía a desviar su atención de la taza de café al muchacho. Le miró, esta vez más fijamente, sintiendo pena al ver su rostro y su mano—. Mira cómo has quedado por mi culpa. Incluso tu mano...

—Oh, está mejor —afirmó, mientras le enseñaba la mano vendada, y sujetaba con la misma la taza de café, apoyándose de su mano izquierda también—. ¿Ves? Hasta puedo sostener cosas. No es nada...

Ella guardó silencio, y bajó la mirada.

—Sé que sabes que estaba evitándote ese día...

Él la miró, y su mirada se perdió en la de ella. No dijo nada, porque tenía razón; ese pequeño suceso había estado molestándole enormemente. Y ahora que la tenía de frente, compartiendo un café en la terraza de una cafetería de la ciudad...

—Lo siento. Fui una tonta... —alegó, sin poder evitar mirarle, sosteniendo la taza entre sus manos de manera insegura—. Yo... Acabo de romper con JiMin, y... Cada vez que te veía, sentir esto tan rápido por una persona, luego de haber terminado con otra, yo... —y entonces sintió un nudo en la garganta, y negó con la cabeza soltando una risa—. No quería que pensases que era una fácil, y mira cómo terminé esa noche...

Underground MonsterWhere stories live. Discover now