Prólogo.

739 80 5
                                    

Las altas torres, que casi rasgaban el cielo, caían sin rumbo y aplastando todo aquello que se cruzase en su descenso. Todo ser viviente gritaba asustado, corrían atemorizados, sabiendo que ese era su fin... nadie sobreviviría a toda aquella destrucción.

Una niña pequeña se encontraba en el epicentro de todo aquello, pero al contrario que todos los demás, ella no se sentía para nada asustada... Sus ojos eran los portadores del caos de estos atroces momentos y en ellos te podías sumergir en una profunda negrura, que si no ibas con cuidado te consumiría.

No quedaba ya nada de la ciudad, ni de sus habitantes. Los temblores, que habían acontecido todos aquellos días de destrucción, habían cesado al fin y la niña había caído al suelo, desfallecida.

Entonces, de entre las ruinas emergió un muchacho. Observó con horror todo a su alrededor y cayó en cuenta de que todo lo sucedido en esos nefastos días, en los que había sido enterrado bajo los escombros, había sido culpa de su descuido hacía la niña, que aun inocente, había destruido toda una ciudad.

La cogió en brazos y se la llevó de aquel lugar ya muerto. Este jamás sería recordado por ningún humano, será olvidado y enterrado con el paso del tiempo. Así es como debía de ser para el resto de la eternidad.

Desde aquel día Orden y Caos desaparecieron... Pero no para siempre.

La Dama Caos. (Dioses Y Guardianas 3)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum