Capítulo uno. Comida gratis.

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Quería aclarar que esta historia es una segunda parte de la de 'Eres idiota, pero te quiero'. Y el epílogo lo quedé en aquella historia para poder dar pie a esta. La podéis leer aunque no hayáis leído la primera, pero obviamente, hay cosas que solamente le encuentras el sentido si has leído la primera parte.

Dicho esto, espero que os guste. <3

HISTORIA EN EDICIÓN. :)

CAP. EDITADO EN 2024.


Capítulo uno. Comida gratis.



MARÍA.

Vivir con un chico tenía sus inconvenientes y, a pesar de nos haber valorado esas variables cuando decidí que Javier podía quedarse con nosotras, comenzaba a arrepentirme de mi decisión. Que cogiese mis cosas sin mi permiso casi que tenía un pase, ya que yo había sido la que le había dicho que podía quedarse, pero Vanesa había comenzado a sufrir las consecuencias. El otro día, mientras que estábamos en el salón viendo la televisión, Javier había venido del baño con la cara totalmente blanca y pringosa; había gastado medio bote de crema de la cara de mi amiga simplemente porque tenía un buen olor y quería probarla.

No estábamos para tirar el dinero y él solamente ocasionaba problemas.

Y ya no era únicamente que cogiese todas nuestras cosas, sino que ir a comprar con él era peor que ir a comprar con un crío de tres años. Era demasiado quisquilloso con la comida, había demasiados requisitos detrás y cada vez que pisábamos un supermercado estaba más cerca de meterle un paquete de macarrones en la boca para que se callara.

¿Cómo podía romper un pintalabios? ¿Cómo podía comer tanto? ¿Y cómo podía hacer más ruido que un mosquito? Me estaba sacando loca y no estoy bromeando.

—¿Estás nerviosa? —preguntó después de unos minutos en silencio.

Había estado maldiciendo a Javier tan fuertemente en mi cabeza que ni si quiera había notado su presencia. Até mi cabello en una coleta alta y conecté nuestras miradas a través del espejo del baño.

—¿Por qué? —pregunté un poco de malas maneras.

Vivir con él únicamente me había ocasionado problemas, pérdidas económicas y dolores de cabeza. Seguía enredada en sus líos y aún no entendía ni cómo ni por qué.

—La cena. —respondió seriamente.

Me giré hacia él con decisión y con mis brazos cruzados sobre mi pecho. Tenía que buscar la manera de deshacerme de él cuanto antes; si no dejaba de sacarme de quicio y no trazábamos una línea entre ambos después de esta noche, acabaría cometiendo un homicidio. O pisaba el freno o tendría que irse.

—Ya conozco a tus padres. —contesté con su mismo tono—. Además, no es como si fuese la primera vez que voy a tu casa.

—Gracias por hacerme este favor. —dijo con sinceridad acercándose lentamente a mí.

—Un trato es un trato, después tendrás que hacer lo que yo te diga. —advertí. Javier asintió con ímpetu.

—Incluso te compraré toda la pizza que quieras. —bromeó—. Todo va a salir bien. —murmuró un poco para sí mismo.

—No tenemos por qué estar nerviosos esta vez. —contesté con tranquilidad—. Esta vez no soy tu novia de verdad, solamente debemos fingirlo.

Si para conseguir que Javier dejase de sobrepasar mis niveles de estrés tenía que fingir ser su pareja, así sería. 

Que el destino decida. (Terminada).Where stories live. Discover now