2

706 32 13
                                    

Clara

- Dalas, ya estoy... - Dije entrando en mi cuarto.

- Te queda bien el negro. - Dijo sonriente.

- Anda calla... ¿Vamos?

- Vamos.

Me despedí de mi hermano y de mi madre. Esta última me miró raro y después miró extrañada a Dalas pero me dejó salir. En el portal había aparcado un coche bastante grande a decir verdad. Dalas cogió mi mano y me llevó hacia él. Una vez dentro comenzamos a hablar.

- Oye. - Dije.

- Dime. - Me dijo sin apartar la mirada de la carretera.

- ¿A qué discoteca vamos?

- A la más grande de Barcelona...

- Vale... ¡Qué emoción! - Él rió pero se puso serio al instante.

- Clara...

- Tell me. - Lo miré extrañada.

- ¿Te ocurre algo con tu madre?

- No es que nos llevemos demasiado bien, pero es mi madre igual la quiero... ¿Por?

- Nada, nada... Es que había algo de tensión antes y me ha extrañado... Pero bueno... Ahora a bailar no más...

- ¡Yes! - Exclamé contenta. Él sonrió mientrás conducía.

Finalmente llegamos. Por alguna suerte del mundo conseguimos aparcar en frente de la disco, así que no hubo problemas. Una vez dentro la música petó un poco mis oidos. Dalas fue a pedir bebidas y yo me quedé cerca de la pista de baile. Me estaba mareando. Iba a caer cuando alguien me coge del brazo y me sujeta.

- Ep ves al tanto... Estàs marejada? Vols anar a que et doni l'aire? - Me dijo aquel chico.

Lo miré extrañada, solo había entendido "mareada" y "aire", pero aún así solo asentí. Él le dijo algo a sus amigos y me guió hacia fuera. Una vez el exterior se sentó en el borde de la acera y yo lo imité.

- ¿Sabes? No es bueno irte con desconocidos y más sin saber que ha dicho... - Dijo sacandome de mis pensamientos.

- Eh-eh... Lo siento... Entendí "aire" y "mareada" entonces suspuse la frase... - Dije con la cabeza baja.

- No te preocupes... Conmigo, al menos, no te has equivocado. - Dijo y rió.

- Ya lo veo... - Dije y reí nerviosa.

- Soy Guillem, pero llámame Leo. - Dijo mirándome.

- E-encantada Guillem, digo Leo...

- ¿Y tú eres? - Preguntó curioso.

- Y-yo soy Clara. - Dije algo tímida.

- Encantado Clara. - Dijo y sonrió. - Y, ¿de dónde eres? Porque de aquí sé que no eres. - Rió.

- Bueno, soy de Málaga y recién llegué esta mañana...

- ¿Y cómo que estas aquí?

- Un amigo me ha convencido... ¡Dalas! ¡Lo he perdido! Fuuuuck!

- Llámalo o algo... - Dijo y miró al lado contrario al mío. - Aunque no me importa pasar tiempo contigo... - Dijo susurrando pero lo escuché. Fingí que no lo había hecho y cogí mi móvil, que tenía 20 whatsapp de Dalas preguntando dónde estaba. Lo llamé y me lo cogió al instante.

- ¿Dalas?... Estoy fuera... Me he mareado y un chico me ha ayudado... Sí, estoy con él ahora... Vale... Venga te espero... ¿Qué? ¡No!... Sí me ha hablado en catalan pero no ha pasado nada... Joder Dalas... Sí, se que te preocupas... Es buen chico no te preocupes... Vale... Ahora te veo... Chao...

Colgué y Leo me miró.

- ¿Ya?

- Yes... Gracias por ayudarme Leo. - Dije y sonreí.

- No hay que darlas. - Sonrió.

- ¡Clara! - Dijo Dalas mientras corría.

- ¡Hola Dalas! - Dije sonriente.

- Uf menos mal que estas bien... Gracias... ¿Leo?

- ¿Qué hay Dalas?

- Pues nada... Clara vamos que se hace tarde...

- Okey. Gracias señor Rubio pollo. - Dije riendo.

- De nada. - Dijo sonriente.

Al final llegamos al coche. Esta vez conducía yo ya que Dalas había bebido una cerveza, o eso me dijo. No hablamos en todo el camino. Dalas tenía su mirada fija en la ventana.

- Oye, ¿cómo vas a volver a tu casa si conduzco yo?

- Déjame en mi casa y te llevas el coche... Mañana me lo llevas y listo... - Dijo muy frío y sin apartar la mirada de dónde estaba mirando.

- Va-vale...

Llegamos a su casa. Se bajó y se despidió moviendo la mano. ¿Qué le pasaba?

Estaré Aquí Para Tí Where stories live. Discover now