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Golpee el vidrio nuevamente, esto no podía estar ocurriendo. Otro golpe. Esto tenía que ser otra maldita pesadilla. Pare en seco cuando vi como mis guantes se manchaba de mi sangre proveniente de mis nudillos, esta misma empezó a difuminarse debido al agua, veintinueve golpes y el vidrio no se quebraba.

No debí haber bajado la guardia.

Un chirrido hizo que mi ojeras se encresparse de golpe, mire hacia mi izquierda y me encontré con la mirada de zorro amarillo... Tails.

Estaba apuntando con su dedo a la parte superior de los contenedores - las especies de tubos que nos mantenían cautivos -, fruncí el ceño un momento y luego mire hacia arriba, parecía que podría abrir la escotilla desde dentro. Nade hacia arriba con la intención de llegar hasta ahí pero las cadenas me lo impidieron, solo faltaban unos centímetros para que pudiera llegar.

«Pero si serán...» Comienzo a forcejear con las cadenas intentando que estas se rompan y pueda llegar hasta la tapa, pero de imprevisto mi cuerpo se estremece al sentir como una descarga eléctrica lo recorre. Comienzo a sacudirme con más fuerza mientras la corriente sigue pasando por mis brazos.

Si ese estúpido cree que esto me va a detener esta muy equivocado.

Una sonrisa se posa en mi rostro cuando los grilletes que sostenían mis pies de rompieron; seguidos por los de mi mano, me coloco de cabeza sobre la escotilla del contenedor y comienzo a patearlo.

No iba a permitir que algo le ocurriera de nuevo a esa eriza, no mientras pudiera caminar.

Di una ultima patada antes de que la escotilla saliera impulsada hacia arriba, cayendo estruendosamente en alguna parte de la habitación. Me sujeto del borde del contenedor y me impulso hacia arriba, saliendo de él y cayendo de cuclillas al suelo.

- Bien - Susurro para mí mismo mientras me levantaba completamente de suelo - ¿Como los saco de ahí? - Pregunte dirigiendome hacia Tails. Sabia perfectamente que no podría hacer esto solo.

«...aunque no me molestaría dejar al erizo azul ahí adentro

Rodó los ojos. ¿Por qué me rueda los ojos este mocoso?

Apunto con su mano hacia una pared que estaba en frente de los cuatro contenedores, había un botón azul en ella, ah, por eso había rodado los ojos. Camine rápidamente hacia él y lo presione. Todos los contenedores empezaron a vaciarse y los grilletes empezaron a abrirse uno por uno.

- ¿Tienes algún plan? - Pregunto Tails, mientras sacudía su cabeza quitándose el agua que le quedaba encima.

- Buscar a Amy y salir de aquí, luego-

- ¿¡Amy esta aquí?! - Exclamo con preocupación el erizo mientras fruncía el ceño.

- ¿Ahora te importa? - Pregunté entre dientes mientras comenzaba a acercarme al erizo con intenciones de golpearlo. ¿Cómo podía ser tan imbécil?

- Sí, me importa. - Afirmó del mismo tono que el mío mientras apretaba sus puños a los costados de su cuerpo, ¿podría ser más inmoral? Definitivamente, estaba punto de golpearlo a puño cerrado cuando el zorro se interpuso entre nosotros.

- ¿Pueden resolver sus problemas cuando hallamos salido de aquí? Tenemos que ir por Amy - Observe durante unos segundos al zorro y luego bufé, tenia razón, tenia que sacar a Amy de aquí.

Mire hacia el cuatro contenedor y note que el equidna seguía durmiendo, ¿Por qué sigue dormido?

- ¿No vas a despertarlo? - Pregunte al zorro apuntando con mi cabeza a la cosa roja que seguía en el suelo.

- En seguida - Tras decir eso comenzó a acercarse al equidna, una vez que estuvo de cuclillas en frente de él le propino una bofetada sonora, haciendo que este se levantara de golpe.

- ¿¡P-pero qué te sucede Tails?! ¡¿Por qué me pegas?!

(...)

- Recuerden; yo los estaré vigilando desde aquí, les avisare si algo sucede - Dijo Tails mientras nos extendía los intercomunicadores o auriculares, como quieran llamarles. Los había hecho mientras el erizo le explicaba a Nudillos, el equidna rojo. A decir verdad me sorprendía lo que podía hacer con tan solo ocho años

- ¿Así que en resumen hay tres robots iguales a nosotros que son indestructibles y que también debemos hallar a Amy para poder irnos de aquí? - Todos asentimos mientras él se colocaba el auricular por debajo de sus púas. Supongo que ahí debía estar su oreja... Creo. - ¿Y quien golpeara a Eggman?

- Claramente seré yo - Mire con el ceño fruncido al erizo azul al darme cuenta de lo habíamos dicho al mismo tiempo.

- Ah no, definitivamente seré yo quien lo golpee - Afirmó él, claramente me irritaba en poco tiempo como nunca nadie lo había hecho.

- Como si tuvieras tantas razones como yo, te dejare golpes lo luego de que termine, si es que queda algo claro.

- Definitivamente no pueden estar en la misma habitación por más de dos minutos - Comento Tails mientras empezaba a teclear botones en el panel de control que estaba en la habitación. De repente la única puerta que había en la habitación empezó a abrirse. - Ya pueden irse, yo estaré aquí hasta que vea que traen a Amy, de ahí podre salir por mi cuenta.

Comencé a caminar hacia la puerta de metal. Volvería a tenerla entre mis brazos.

- ¿Qué tal si hacemos un trato Shadow? - Pregunto el azul mientras se colocaba en frente de mi, haciendo que me detuviera, ¿qué tramaba ahora este estúpido? - Quien encuentre primero a Eggman da el primer golpe, ¿Te parece?

Mostró una sonrisa arrogante y extendió su mano hacia mi, inmediatamente la manotee hacia otro lado. Quería golpear a Eggman, no hacerlo una competencia, era un cobarde.

- No me voy a andar con juegos cuando la vida de Amy está en peligro. - Su sonrisa desapareció e inmediatamente frunció el ceño.

- ¿Por qué de repente te importa tanto Amy, Shadow? - Su voz sonaba algo insegura.

Oh no, por favor no me digan que ahora se dio cuenta de que realmente la amaba pero había sido un completo ciego que no supo valorarla y ahora quiere recuperarla. Resople con amargura y fastidio poniendo mi mirada en su rostro fruncido.

- Porque vi en ella lo que tu no. Un corazón puro, Sonic. - Camine hasta su lado y me detuve en seco -Fuiste un completo imbécil con ella. 

Tras decir aquello pase por un costado de su cuerpo, chocando nuestros hombros intencionalmente. Esperaba que hubiera sido más que suficiente para que se diera cuenta de lo que estaba pasando, y en qué posición había quedado ahora.


Tiempo PerdidoWhere stories live. Discover now