Tiempo Perdido

11

- ¿Puedes explicarme, ¡Qué está pasando?! - Exclame mientras trataba de calmar mi respiración, no había corrido tanto en mucho tiempo. Frunció el ceño con molestia y luego miró  por el callejón oscuro, por el cual hace unos minutos había pasado aquella cosa que me había perseguido.

- Te lo explicaré luego, por ahora solo corre - Lo mire confundido por unos segundos y luego sentí como alaba de mi brazo y me obligaba a correr detrás de él. Debía admitirlo; tenia miedo, miedo de no saber que pasaba o de que iba a suceder.

Escuche un fuerte estruendo a mis espaldas, como si varias rocas se estrellan contra un vidrio, rompiéndolo al instante. Estaba a punto de mirar hacia atrás de una vez por todas cuando la voz de Shadow me detuvo - ¡Ni se te ocurra mirar hacia atrás! - Logre mirar sus ojos por unos segundos y... no me agrado, reflejaban miedo e intranquilidad. Como si él mismo supiera que algo estaba mal, algo terrible.

Una rama hizo que volviera a la realidad; estábamos en el bosque. Aun podía escuchar los fuertes y amenazantes pasos de nuestro perseguidor, no parecía cansarse, por otra parte yo si estaba cansada más de lo que alguien podría aguantar supongo. Mi correr se fue deteniendo poco a poco hasta que caí de rodillas a la grama, ¿Por qué era tan débil siempre? Un sonido ensordecedor invadió mis oídos, bloqueando cualquier otro que pudiera hacerme reaccionar; la voz de Shadow por ejemplo, quien había detenido su caminar y me gritaba desde su lugar, intentado impulsarme a seguir corriendo pero, no podía. Simplemente no podía.

Todo se volvió negro.

Shadow P.O.V

- ¡Rose, levántate ahora! - Grite a todo pulmonar mientras observaba lo profundo del bosque, cuidando de que él no viniera por detrás y la lastimara. No respondió, solo miraba al suelo con los ojos abiertos, estaba en shock.

Segundos después sus ojos se fueron cerrando hasta caer inerte sobre la grama, genial, ahora se había desmayado.

- ¡Maldición! - Grite cuando vi como un cuerpo salia expulsado de los arbustos bajos, cayendo justo detrás de ella.

Era una creación de Eggman, de eso no había duda. ¡Pero como no podía destruirlo? Una sonrisa arrogante y desquiciada se poso en su rostro, era desagradable.

- Debo matarlos... - Susurro, mientras caminaba a paso lento hacia el cuerpo inconsciente de Amy, estaba más lejos de ella y él estaba mucho más cerca, muy cerca. No podía permitir que algo le pasara a ella, o me perdonaría ni en siete vidas, comencé a correr hacia allá, cuando estuve a unos pocos metros de él salte, preparando me para patearlo. - ¡Debo matarlos a tod-

Antes de que pudiera terminar su frase y la atacara logre golpearlo, haciendo que rodara por varios segundos antes de levantarse de nuevo, como nada le hubiera sucedido. Saque una de las pistolas de mis espinas y comencé a apuntarle en las rodillas, no pensaba matarlo <<Aunque la verdad estaría muy a gusto si lo hiciera>>, debía averiguar que tramaba Eggman, saber si habían más como él, o si era el único, cuales eran sus intenciones al hacer una copia robótica del erizo azul o de todos sus amigos.

Seguía con esa estúpida sonrisa en su rostro, sus ojos rojos brillaban más; como si fueran a incendiarse solos, trasmitía miedo y erizaba la piel. Era horrible.

Un disparo al pecho. Comenzó a reír desenfrenada mente, como si le hubiera hecho cosquillas. Solo me irrito más.

Otro disparo, a la cabeza. Nada.

Dos más, al pecho nuevamente. ¿¡Es que este desgraciado no se muere con nada  o qué?!

- A la mierda con todo - Dije antes de arrodillarme rápidamente al lado del cuerpo de Amy y tomarla entre mis brazos, él se abalanzó de golpe y justo antes de que nos alcanzar saque la esmeralda llevaba siempre conmigo - ¡Chaos Control!

- ¡Te encontrare, tenlo por seguro, los matare a todos! - Grito antes de que su voz se distorsionó por la teletransportacion.

De alguna manera sabía que se avecinan días oscuros.