14 - La sangre llama a la sangre. Parte 1

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Me desperté con la frente apoyada sobre mis brazos cruzados encima del escritorio, con uno de los papeles aún en la mano. No sabía cuánto tiempo había dormido. De lo que estaba seguro es de que me había destrozado el cuello y la espalda en aquella postura. Tampoco había nada más que exprimir de aquellos papeles; estaba bastante claro todo: Jack había realizado un cambio de nombre y se trataba de un sádico y violador asesino. Me levanté del escritorio, recoloqué mi indumentaria, me puse mi chaqueta y metí los papeles bien doblados dentro de uno de los bolsillos interiores de la parte superior de mis ropajes.

Bajé a la cocina a prepararme algo de leche después de haber ido al baño a acicalarme un poco, cuando me topé de cara con Vivianne, la cual tuvo la desfachatez de mirarme con altanería por encima del hombro. Mi respuesta fue una sonrisa cargada de asco, con un asentimiento de cabeza y me di media vuelta para alejarme de allí, encaminándome hacia el Liquor. Qué mejor manera de empezar el día que con un buen trago de bourbón.

Al entrar, lo hice justo para ver cómo Nicole le estampaba la mano con la palma bien abierta a un tipo en la cara, el cual no parecía estar demasiado lúcido. Me quedé parado con una ceja alzada mirando de uno a otro.

— Nicole... ¿Todo bien? — Ella asintió mientras se frotaba la mano y resopló.

— Perfectamente, mi querido Jared. — Respondió al pasar por mi lado y salir del bar.

— ¿"Querrido"? ¿Erres su novio...? — Exclamó el tipo desde el fondo. Se levantó del taburete y rompió la botella contra el filo de la barra, comenzando a andar hacia mí. — Te la robarré, caballerrete... — Su acento ruso me estaba resultando bastante chocante. Alcé las manos mostrando las palmas mientras andaba hacia atrás.

— Vamos, amigo... Esa chica no es nada mío. Podrás hacer con ella lo que quieras. Siempre y cuando ella te deje. Que... Lo dudo. — Le guiñé un ojo y me giré rápido, saliendo al exterior y cerrando la puerta tras de mí. Lo próximo que escuché fue un golpe seco contra la puerta y un quejido ahogado. Seguramente aquel hombre se la comió al intentar cazarme. Resoplé, me sacudí el traje y me pasé una mano por la cara. El alcohol trae problemas. Definitivamente tengo que dejar de beber.

Inicié mi camino hacia la casa de Marion, de la cual salieron dos mujeres altas y rubias, una más que la otra. Ambas se quedaron mirándome y casi estudiándome como si fuera algo de raro de ver. Marion, la cual las acompañaba, tomó la iniciativa presentando a ambas. La más alta se llamaba Angelique y la otra, Gloria. Acababan de llegar...

Una vez se fueron, me cercioré de que se habían alejado lo suficiente y me acerqué un poco más a la rubia para hablar con ella discretamente. Le entregué los papeles.

— Te prometí que te entregaría la prueba, Marion. Y aquí la tienes... Quédatelos tú. Contigo estoy seguro de que estarán a buen recaudo... — Marion me miró tragando saliva y tomó los papeles con cuidado, quedándose en silencio mientras los leía. Iba viendo como el terror en sus ojos iba en aumento conforme iba leyendo cada uno de ellos.

— Por el amor de Dios, Jared... Este señor es un monstruo... — Se llevó la mano a la boca mientras pude comprobar como se le empañaba su único ojo descubierto.

— Temo que le haya podido hacer algo a Claudia, Marion... Aunque ha estado con Vivianne todo el rato y eso me tranquiliza un poco. Aunque no me guste demasiado ella, pero he de suponer que la ha protegido y no hubiera que un hombre se hubiera acercado a la pequeña con fines tan... enfermizos. — Resoplé y ella asintió. — ¿Cómo está? ¿Puedo verla? —

— Algo mejor. Pero tiene muchas pesadillas cuando duerme. Estaría bien que te pasases más tarde. Ahora ha conseguido dormirse... No te preocupes, intentaré averigüar qué le ha pod... — Se calló cuando un grito atemorizado iba aumentando su volumen mientras se aproximaba a nosotros. Afiné la vista y ví que se trataba de Jack, corriendo despavorido de a saber dónde, con el terror grabado en su rostro. Cuando estuvo a una distancia buena, alcé mi puño contra su cara con toda la rabia del mundo para frenarlo y dejarlo totalmente K.O. en el suelo. "Gracias, Señor, por brindarme esta oportunidad..." pensé.

Entre el bien y el malOn viuen les histories. Descobreix ara