02 - Una serie de catastróficas desdichas

54 4 2
                                    

Pocos meses después de nuestro casamiento y volver de la luna de miel, murió mi padre en un tiroteo. Todo el cuerpo policial decidió hacerle un funeral en honor a su figura, ya que James Williams había sido uno de los mejores comisarios que habían pasado por esas oficinas, por lo que era bastante querido y, además, sus súbditos y compañeros se vieron bastante afectados por la pérdida. Días después, organizaron una gala para mi nombramiento como nuevo Comisario.

Desde que murió mi padre, nuestra vida se volvió un caos. Un año después del fallecimiento de James, mi hermana llegó a casa dándonos la noticia de que había sido violada por la calle y poco tiempo después, resultó haberse quedado embarazada. Además, mi madre debido a tanto estrés cayó enferma, así que mi mujer y yo tuvimos que hacernos cargo de la empresa familiar, la imprenta. Yo trabajaba casi el doble yéndome a gestionar la empresa, pues mi mujer ayudaba a mi hermana a cuidar de mi madre.

Aproximadamente nueve meses después de la trágica noticia de mi hermana, dio a luz a una preciosa niña. Era morena y con unos ojos redondos y grandes de color marrón. Pero algo salió mal en ese parto que mi hermana perdió la vida, dándosela a mi sobrina. Todos estuvimos de acuerdo en ponerle a la niña Lilith.

Como mi madre estaba enferma, tuvimos que encargarnos Eva y yo de la pequeña, aunque yo no estaba contento con ello. Era el fruto de la maldad de un hombre y, además, era algo que me frustraba, pues llevábamos mucho tiempo intentando que mi mujer se quedara embarazada y no lo conseguíamos. Aun así, soporté esa idea durante 7 duros años, encargándonos del colegio de la pequeña, de que estudiara, de que poco a poco se labrara un futuro.

Fue entonces cuando, curioseando entre ediciones anteriores del periódico de Arkham, me topé con uno que hablaba sobre varias leyendas ocurridas por Innsmouth. Leyendas que decían que sus raros habitantes prosperaron en la pesca y sus vidas mejoraron haciendo ofrendas a unos seres venidos de las profundidades del mar. Estuve bastante rato esa noche leyendo sobre esa ciudad pesquera y de las leyendas que la rondaban, algunas incluso dejándome la piel de gallina.

—Esto no hay quien se lo crea... Habrá quien lo haga, seguro... —murmuré para mí mismo.

Recogí mis cosas y me dispuse a marcharme a casa junto con Eva. Me quedé bastante pensativo sobre lo que había estado leyendo y, cuando nos fuimos al dormitorio, me senté en la cama, pensativo, hasta que comencé a hablar.

—He leído una cosa muy curiosa en el periódico, cielo... Aunque algo inquietante... —no la miraba. De hecho le daba la espalda, pues andaba desvistiéndome sentado en mi lado de la cama. Eva gateó por el colchón hasta pegarse a mi espalda y abrazarme, colgando sus brazos por mis hombros.

—¿Qué es lo que has leído...? —preguntó curiosa.Paré de desvestirme y giré la cabeza hacia un lado, mirándola.

—Historias sobre Innsmouth... Es una ciudad que está al noreste de aquí, desviándose a la derecha de Ipswich... —le expliqué para que la ubicara, por si no la conocía—. Cuentan que habían unas criaturas extrañas con forma de pez en el fondo del mar a las que los ciudadanos les hacían ofrendas a cambio de riquezas... Y se dice que, gracias a eso, prosperaron en la pesca y que la ciudad se hizo una economía bastante fuerte para ser simplemente pesquera. Eso sí, desde entonces, la gente es bastante reacia a ir por esos lares. Comentan las lenguas que son gente muy rara, con apariencia extraña —hice una pausa para ver si me estaba escuchando y ella asintió—. También he leído que incluso se cree que las mujeres se dejaban fertilizar por esos seres, y creaban una raza mezcla pez, mezcla humano... —un escalofrío me recorrió todo el cuerpo solo de pensarlo y Eva me acarició, como tratando de calmarme—. No sé si será verdad... Si lo es, es bastante inquietante. Si no lo es, la gente tiene demasiados pajaritos en la cabeza... —resoplé y continué desvistiéndome. Luego me acurruqué con mi mujer en la cama y nos echamos a dormir.

Entre el bien y el malWhere stories live. Discover now