Angustia es lo que sentí en mi pecho desde el primer momento en el que aparecieron aquellos dos seres. Y la cosa no mejoró cuando Claudia tomó su decisión y fue castigada de esa manera. Mi pequeña... Una vez más era el culpable de su condena; la razón por la que estaba atrapada en la ciudad y por la que nunca volvería a la normalidad. Si yo salía, ella se quedaría. No. Jamás la abandonaré. Ella se ha quedado aquí por mí, y yo me quedaré aquí por ella. A no ser que encuentre una forma de que salgamos los dos.
Mi estado angustioso no mejoró cuando aquel ser la levantó haciéndola flotar y la destrozó de esa forma haciéndola chillar, sangrar y llorar. La forma en la que la dejó caer sobre la piedra... Nadie, salvo yo, se preocupó de ella cuando estaba tirada sin apenas poder respirar. Me acerqué a ella, quería saber cómo estaba. Quería abrazarla y protegerla contra mi pecho, pero no veía el tocarla como una opción. La veía tan frágil...
Todo cambió cuando se despidió de mí de aquella forma y dejó de respirar; su corazón sin pulso. Grité un "NO" bien sonoro y la cogí en brazos como pude, empapándome la ropa y la piel que tenía al descubierto de sangre, y dirigiéndome hacia la casa de Marion y Nicole. Corrí todo lo rápido que pude con mi pequeña en mis brazos, cuan muñequita de trapo. Claudia yacía en mis brazos con los ojos cerrados y la tez tranquila, ensangrentada y prácticamente desnuda. Su cuerpo había cambiado, era más grande, pesaba más... ¿Qué le habían hecho?
Cuando llegué a la puerta de las dos amigas, grité un sonoro "Marion" y, cuando me abrió, su rostro mostró terror.
— ¡¿Jared?! ¡Qué ha pasado! — Mirando a la pequeña.
— El Juicio... Era a Claudia... A mi pequeña... — Contesté con lágrimas en los ojos. — Le han dado a elegir si salir o quedarse y... Creo que puedes adivinar cuál fue su elección... — Se llevó una mano a la boca y pude escuchar los tacones de Nicole bajando a toda velocidad por las escaleras.
— ¡Por Dios! ¿Qué ha...? — Agrandó los ojos cuando vio el cuerpo de Claudia y me miró. — ¡No te quedes ahí! ¡Pasa, pasa! — Me hizo gestos con la mano para que entrara.
— Sí, Jared. Déjala sobre el sofá... — Comentó Marion. Esperé a que pusieran un par de sábanas blancas sobre el mueble para dejar con sumo cuidado a la pequeña. Nicole me apartó con suavidad para que dejara espacio a su amiga y ví como le puso los dedos en el cuello, luego en la muñeca. También pegó la oreja a su pecho. — Está... muerta... — Sentenció la rubia. Me miró con cara de circunstancias a Nicole y ésta última me agarró del brazo y me arrastró fuera de la casa.
— Marion se ocupará de esto. Bajo ningún concepto entres en la casa, Jared. ¿Entendido? — Me miró fijamente a los ojos. Yo tenía la mirada clavada en la puerta, tratando de atravesarla para poder ver qué sucedía dentro, hasta que la mujer me cogió de la mandíbula y tiró de mi cara obligándome a mirarla. — Jared. ¿Te has enterado? — Insistió. Asentí.
Nicole me dejó en la entrada de la casa, con la ropa machada de sangre y cerrándome la puerta en las narices. Su siguiente movimiento fue cerrar todas las cortinas de la casa para que no se pudiera ver qué iba a suceder ahí dentro. Tocaba esperar. Me senté en las escaleras abrazándome las piernas mientras hundía mi cabeza entre mis rodillas y ahí me quedé.
No sé cuánto tiempo transcurrió. De lo único que era consciente fue que de vez en cuando me quedaba dormido y alguien salía de la casa para dejarme algo de comer y beber. En una de las ocasiones, una nota con una petición: "Jared, ve al hotel a descansar, por favor. Aquí no estás haciendo nada y te estás destrozando." Pero no le eché cuenta. Hasta que no tuviera noticias de Claudia, no me movería de allí.
Una de las veces que me quedé dormido y me desperté, no lo hice donde me quedé. Estaba sobre una cama, cómoda. ¿Me habían llevado al hotel? Miré a mi alrededor y pude comprobar que no. Era una casa bien luminosa, con el sonido de las olas de fondo. Me erguí y pude comprobar que me encontraba en la casa donde había estado en la luna de miel con mi mujer. ¿Cómo era eso posible? Quizá Izak me había convencido para volver a beber y estaba alucinando. Me miré en un espejo que había sobre un tocador en la habitación y pude comprobar que tenía barba de varios días y la ropa hecha un desastre: la ropa que llevaba en Innsmouth.
BẠN ĐANG ĐỌC
Entre el bien y el mal
Ngẫu nhiênAmbientado en las historias de H.P. Lovecraft, allá por los años 20. Cuenta la historia de un jóven comisario de la ciudad de Arkham, Jared Williams, el cual vivía una vida todo lo tranquila que podía junto con su mujer Eva. Después de un cúmulo de...