Cap.43

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Sus manos me calmaban. Conseguían que todo lo sucedido quedara a un lado y que me llevara a una realidad totalmente distinta. Aun así mis sollozos no paraban. Algo dentro de mi se estaba rompiendo y no sabia con exactitud el que. Sus labios rozaban mi frente dándome calor. Se sentía tan bien... No quería separarme de él por nada del mundo, y aún así lo hice. No había vuelta atrás. Sacando fuerzas, pronuncie esas palabras que para muchos podría estar prohibida.

- Te quiero.

Salí corriendo de la habitación sin importarme estar en pijama. Axel ni se movió se quedo impresionado. ¿Yo, decir algo así? No imposible. Pero lo hice. Y ahora estoy aquí, en el Raimon, temblando, no se si de frío o de tristeza. Me tumbo en las colchonetas del gimnasio, la única puerta que he conseguido forzar, y dejo que mi mente se vacíe por completo. Tengo demasiado encima y ya no puedo más, necesito desaparecer por un tiempo y dar un poco de sentido a mi vida. Y aún así no lo voy a hacer. Me limpio las lágrimas que siguen saliendo de is mejillas. Cierro los ojos y dejo que todo lo que llevo dentro, guardado durante mucho tiempo, salga en forma d lágrimas.

***

Despierto con los primeros rayos de sol. No he conseguido conciliar el sueño más de una hora seguida, aunque claro, tampoco he tenido reloj para comprobarlo. Levanto el cuerpo entumecido y me restriego los ojos. Cuando los abro mi mente se queda parlizada. La silueta de un hombre se adivina en la oscuridad. La misma silueta de mi sueño. Cierro los ojos con fuerza y los vuelvo abrir. Nada, ya no hay nadie allí. Inquieta enciendo las luces asegurándome. Una vez más tranquila salgo del gimnasio y dejo que la luz del sol bañe mi cuerpo. Lo he decidido durante la noche, y ya no va a haber vuelta atrás.

***
Mira con una sonrisa a la chica que tiene delante, es verdaderamente preciosa. El pelo le cae por la cara dándole un aspecto añiñado pero a la vez salvaje. No podía no quedarse embelesado mirándola. Con paso lento y decidido se acerca por su espalda. La rodea con los brazos la cintura y la chica se sobresalta. Sonríe sobre su cabeza y la da un beso en la sien.

A Crístal se le sobresalta el corazón. Pero la decepción la aplasta cuando los brazos no son del rubio que ella deseaba ver. Fuerza una sonrisa y abraza a Byron. El chico la corresponde y suspira su aroma.

- ¿Cómo sabías donde estaba? - dice Crístal contra su pecho.

Byron se tensa, no había pensado en eso.

- ¿Teníamos una cita no?

- Sí pero era por la tarde - dice contra su pecho todavía.

- Ya, es que no podía esperar a verte, además eres mi amuleto de la suerte para ganar mi siguiente partido.

Crístal levanta la cabeza para mirarle.

- ¿Contra quien? - pregunta extrañada, no sabía de ningún partido más aparte del que tendría hoy lugar entra la Royal Academy y otro equipo que ahora mismo no sabía cual era.

- Un amistoso entre institutos, ya sabes como entrenamiento y eso - intenta mantener la calma, pero con esa chica enganchada a su cintura, le era imposible.

- Bueno... Pues mucha suerte - dice la chica incómoda.

Aunque ahora fueran amigos no se le olvidaba que trabajaba para Dark y que algo se guardaban en la manga y quería descubrir el qué.

- Tengo que irme - se separa de ella y l deja un beso en la mejilla - nos vemos esta tarde.

Y de la misma forma en la que ha aparecido se va.
Byron se queda decepcionado al ver como la chica baja los hombros desilusionada. ¿Es que esperaba a otra persona? Aprieta los puños con fuerza. Tendrá que hacerle otra visita a su amigo Axel.

***

No podía dejar de pensar en lo que acababa de pasar. ¿Byron la espiaba? ¿Podía ser que su amistad solo fuera un fraude para tenerla vigilada? No, no podía ser. Era demasiado bueno y cariñoso con ella como para ser una mentira. ¿O sí? Sin darme cuanta llego a casa. Lo primero que hago al abrir la puerta es percibir el aroma de las tortitas recién echas. Mis favoritas. Ando, casi corro hacia la cocina. Al entrar me encuentro con Axel intentando dar la vuelta a la masa que tiene en la sartén. Suelto una risilla y me acervo a él por detrás.

- ¿Te...te ayudo? - ¿de donde sale esta timidez?

Axel se sobresalta al oír mi voz. Se da la vuelta con la espátula en la mano y parte de la masa sale volando por todos lados. Me aparto parte del ojo y le miro mal. Axel me lanza una sonrisa de disculpa y asiente con la cabeza. En silencio me acerco a él y entre los dos conseguimos hacer las suficientes tortitas para desayunar.

- ¿Dónde has estado? - pregunta con voz neutral.

- Creo que lo sabes bien.

Sonríe enigmáticamente. Sabía que había estado allí. Cuando vi que mi cuerpo estaba tapado por una chaqueta que antes no tenía, lo supe al instante. Aparte, olía a él.

- Gracias - digo de corazón.

No responde. Temblando le obligo a mirarme. Sus ojos impactan con los mios.

- Axel, quería pedirte perdón. No sé que he echo mal, pero quería descilparme igualmente...

Me pone el dedo en la boca haciéndome callar.

- Por favor, comamos, después hablaremos - dice intentando mantener la calma, pero se que esta deseando gritarme por mi escapada expres.

- No, hablemos ahora.

Axel se gira me mira y suspira.

- No hay nada de que hablar.

- ¿No? Claro que hay que hablar, eres un cabezota... Se que ha habido un motivo para haberme dejado así...

- No te he dejado, entre nosotros no ha habido nada. No te quiero como tu me quieres enteraré de una vez - dice perdiendo los estribos.

- Claro que me quieres.

- ¿Qué mierdas te hace pensar eso?

- El hecho de que estés aquí y no te hayas ido, el hecho de que hayas ido a buscarme...

- Veo que no te ha quedado claro al verme besarme con otra ¿no? - dice indiferente.

Una puñalada se clava en mi pecho. Doy un paso atrás y bajo la mirada al suelo.

- Tienes razón Axel, dejalo. Se me ha quitado el apetito - me doy la vuelta y salgo de la cocina.

- Crístal vuelve aquí - dice su voz detrás de mi.

- No, ya lo he comprendido, ¿no es lo que querías? - no le miro y sigo caminando.

Suelta un suspiro. Tira de mi brazo y me aprisiona contra su pecho. En menos de un segundo sus labios se pegan a los mios como si fueran un caramelo. Succiona mi labio inferior para luego morderlo, dejando mi boca abierta para la intrusión de su lengua. Nuestras lenguas se enzarzan en una batalla en la que los dos salimos ganando. Sus manos me aupan hacia arriba y enrosco las piernas en su cadera. Cuando su manos se internan en mi camiseta, sé que estoy pérdida en él.

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Holiiiis perdón por tardar tanto pero la imaginación se esfumó. Espero que OS guste, besoooooos.

Mil Sueños Por Cumplir (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora