Mil Sueños Por Cumplir (Inazuma Eleven)

Cap.39

El partido contra el instituto Shuriken está apunto de empezar y lo único que hago es pensar en Byron. Desde que me dijo el miércoles que si salíamos no me lo puedo quitar de la cabeza, y ya estamos a viernes. Sé que han notado lo distraída que estoy, porque no hay ninguno del equipo que no me mire cada dos por tres asegurándose de que estoy bien. Me decido por mandarle el mensaje de una vez. Suspiro aliviada por haberme decidido. Su mensaje llega al minuto.

Perfecto, te recojo a las cinco. Te quiero.

Me sonrojo notablemente y me sale una sonrisa tonta. No sé que me está pasando con este chico, en serio. Me trata como si fuera una princesa, siempre está atento de mi y no me deja de lado como otros. Sí, Axel no me ha vuelto a dirigir la palabra desde el beso. Ya se ve para que me quería, solo para eso, liarse conmigo y si conseguía sexo mejor que mejor. Me levanto del banquillo despacio. Ya no llevo las muletas pero tengo que andar con cuidado, no vaya a ser que me vuelva a joder el pie.

- ¿A dónde vas? - me pregunta Nelly con el ceño fruncido.

- Al baño - digo poniendo los ojos en blanco.

Vale, en realidad voy a ver a Byron que está en la puerta de nuestros vestuarios. Miro una última vez hacia atrás cercionandome de que nadie me sigue y rápidamente me meto en los largos pasillos. Cuando por fin llego me encuentro a Byron con la capucha y apoyado en la pared. Salto encima de él y me coge al vuelo gracias a sus reflejos.

- Hola fea - dice dándome un beso en la mejilla.

Le sonrío y me baja con cuidado.

- ¿No estarás haciendo el bruto no? - dice arqueando una ceja rubia.

Pongo los ojos en blanco y le doy un empujoncito en el hombro.

- Deja ya de preocuparte tanto.

Baja la cabeza, se que se siente culpable y que no se puede quitar la culpa de la cabeza.

- He deja de pensar en eso - veo que no me hace caso - mírame por favor.

Hace lo que le digo. Sus se parecen a los de Jude, pero son más oscuros. Le acaricio la mejilla.

- Sabes que todo está olvidado ¿si? - asiente con la cabeza - bien, me tengo que ir que va a empezar el partido.

Me coge la cara entre las manos y me acerca a él. Sus labios se encuentran a centímetros de los mios, parece que duda y finalmente me da un beso en la frente.

- Adios fea.

Desaparece de mi vista en un abrir y cerrar de ojos. Me paso las manos por el pelo nerviosa, lo peor, que sí quería besarle.

***

Llego al campo con las mejillas encendidas y la mirada perdida en el cielo. Sin darme cuenta, me choco con alguien, bueno más bien es que alguien se ha puesto en mi camino. Levanto al vista para encontrarme con los ojos de Axel.

- ¿Qué hacías? - dice seriamente.

- Liarme con uno seguro que no - digo sarcásticamente.

Cuando paso a su lado choco con su hombro.

- No sé a que juegas, pero...

Suelto una carcajada amarga.

- ¿Yo jugar? No perdona, yo no soy la que juega a liarse con una el mismo día.

Sonríe divertido por la situación.

- ¿Qué te pensabas Selius, que ibas a ser la única?

Siento como si me golpearan el estómago al escuchar esas palabras. Nunca hubiera pensado que Axel con las ganas que mostraba por enamorarme me fuera ha decir esto. Me giro despacio hacia él, ni me inmuto cuando se cara cambia y me mira con dolor.

- ¿Sabes que es lo mejor? Que, aunque solo fuera por un momento, pensé que no eras como los demás - suelto una carcajada - que equivocada estaba.

Comienzo a andar hacia el banquillo con una expresión fría. Estoy segura de que mis ojos han perdido completamente la vida y que ahora están vacios, como si algo dentro de mi hubiera abierto una compuerta por la que dejar que se escaparan todos los sentimientos, unos sentimientos que se han consegelado como mi mirada, por algo dicen que es el espejo del alma.

***
El partido acaba con una victoria a nuestro favor. Ni si quiera me he inmutado cuando los chicos han corrido a abrazarse todos juntos. Me levanto de banquillo y sin despedirme salgo de allí como alma que lleva el diablo. No me monto en el autocar para volver a casa, si no que empiezo a andar sin preocuoarme por el pie ni nada. No me molesto en ver si alguien me sigue o si me llaman al móvil, no. Estoy demasiado jodida para ajustar cuentas con nadie. El sonido de una moto hace que gire mi cabeza. Un chico que me mira con curiosidad esta motando en este. Tiene pinta de ser el típico chico que se mete ne peleas. Cosa que me pone bastante.

- ¿Te llevo muñeca?

- Que te den - digo caminando sin prestarle atención.

El chico me sigue con la moto. No puedo verle la cara ya que tiene el casco puesto pero juraría que nunca he oído a alguien que hable así de grave. Un voz grave y sexy.
Acelero un poco el paso y me tropiezo con un bordillo, ¿de donde ha salido? Mi pie se mueve bruscamente y un dolor agudo se implanta en el. El chico se baja de la moto y viene corriendo ayudarme.

- ¿Estas bien? - dice quitándose el casco.

Se me seca la garganta al ver lo guapo que es. Su pelo marrón le cae sobre la frente. Sus ojos verde oscuro me miran con intensidad. Se nota que va al gimnasio, su espalda ancha y su estrecha cadera le delatan.

A lo mejor es que se pasa todo el día metiéndose en problemas.

Asiento subiéndome el pantalón ya que la capacidad de hablar me ha abandonado y controlo que mi pie no salga resentido. El chico pone una mueca al ver que lo tengo morado, aunque eso ya estaba.

- Ven conmigo - dice levantándose y tendiendome la mano.

Le miro con una ceja alzada.

- Oh, vamos salo quiero ayudarte, además antes de que le des un puñetazo a la pared con el cabreo que llevas... - se lo piensa - Solo ven. Te voy a enseñar como nos desahogamos los chicos de calle.

Me lo pienso.

Por dios es un sex simbol aceptala ya.

Acabo aceptando su mano. Me ayuda a levantarme y me dirige a su moto, me da un casco que saca del asiento y yo me lo abrocho.

- Cógete a mi - dice levantándose la cazadora de cuero.

Lo hago sin rechistar y el chico enciende el motor, vale a lo mejor es un poco arriesgado, pero ahora mismo es lo que de verdad necesito.

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Ya estoy aqui de nuevo. ¿Que pasara con ese chico tan guapo? Besoooooos.