Cap.3

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Salgo del campo de fútbol privado que tiene mi mansión. Y diréis ¡Ala si tiene una mansión! Preferiría tener una casa pequeña donde por lo menos tu familia reparara en que vives en el mismo lugar que ellos. Cuando yo era pequeña, no tendría mas de cinco años, mis padres murieron en un extraño accidente de coche. Y digo extraño porque hay muchas cosas que no me cuadran. Es decir, ¿como un coche que ha sido revisado minutos antes de salir, va y tiene un fallo en lo frenos? No, eso no es posible. Ahora vivo con mi tío y su nueva mujer. Tía Lucy también murió en ese fatídico accidente. Mi tío y yo siempre nos hemos querido mucho, así que cuando paso todo aquello supimos como llevarlo mutuamente. Ahora, casi nunca esta en casa. Al otro lado del ring, como buen engendro del demonio que es, también llamado nueva esposa de mi tío, está Gabrielle, quien me hace la vida imposible siempre que puede. Aún así le tengo que agradecer una cosa, ¡Dios si el mundo se va a la mierda! Gracias a ella estuve saliendo con Jude Sharp. Digamos que él me salvo de una muerte segura. Si, si, muy cliché Disney, príncipe salva a princesa de una malvada bruja o tiastra como la quieras llamar. Aún así, ¿a quien se le ocurre dejar a una niña indefensa tan bonita en la calle mientras cae el diluvion del siglo si no eres una bruja? Recuerdo incluso como el frío llegaba a paralizar mis deditos. Pobre de ellos, pasaron horas hasta que los llegue a sentir.

*Flashback*

Estoy tiritando del frío. Hace minutos he dejado de poder sostener la única prenda que llevo de abrigo entre mis dedos. La ciudad de Inazuma se caracteriza por tener los heladores y lluviosos de Japón, incluso a veces no se llegaba ni al grado. No os quiero contar como es el invierno. Miro la casa con lo que creo que es mi ceño fruncido. La odio, es lo mas puto que conozco. Los ojos se me empiezan a cerrar.

— Por favor - digo en un susurro.

Intento sacar las pocas fuerzas que me quedan.

— ¡Por favor dejame, entrar, no volveré a llegar tarde! - grito a la desesperada.

Pero a pesar de mis súplicas ninguna contestación llega a mis odios. No aguanto más. Las lágrimas se confunden con las gotas de lluvia. Oigo un ruido, que me hace levantar la cabeza. Un figura, poco visible por las lágrimas y la lluvia, me mira desde la verja. Creo que digo algo, pero no estoy muy segura, el castañear de mis dientes tapa cualquier sonido. La figura me coge en brazos. No le veo, aun así su olor es inconfundible. Me acurruco en su pecho, y cierro los ojos completamente.

Siento como una mano me acaricia el pelo mojado. Coge un mechón y lo desenreda poco a poco con los dedos. Ya no tengo frío y me permito por un momento disfrutar secretamente esas caricias tan placenteras. Abro los ojos poco a poco y me encuentro con la perfecta cara de Jude Sharp. Él me sonrie, me doy cuenta de que tengo la cabeza apoyada en su regazo. Trago saliva sintiendo la garganta seca y opto por quedarme mirando su cara embobada.

— Hola - dice sacandome de mi ensoñación por completo.

— Hola ¿que ha pasado? - digo intentandome levantar, cosa que no me deja hacer.

— No te muevas, no quiero que te marees.

Suelto una pequeña risa un tanto débil y me relamo los labios, que deben de seguir morados por el frío.

— Vaya escusa mas mala - digo picándole.

Y es que nuestra relación es así, estar picandonos todo el rato, sacarnos de quicio mutuamente y no poder vivir sin los insultos del uno del otro. Pone los ojos en blanco y mi sonrisa se ensancha sabiendo que he conseguido sacarle un poco de quicio.

Mil Sueños Por Cumplir (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora