Cap.31

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*Narrador en tercera persona*

Axel no para de dar vueltas por la sala de espera. Está demasiado nervioso por lo que puede pasarle a la chica como para quedarse quieto. Mark intenta tranquilizarle pero el chico no atiende a razones. Una enfermera entra en la sala.

- Familiares de Crístal Selius.

Axel pega un salto y se pone enfrente de la enfermera en seguida.

- Dígame que está bien por favor - suplica el chico.

- Tranquilo, está estable y en perfectas condiciones - sonríe la mujer comprensible - Todavía no sabemos cuales son las causas del desmayo, pero hemos descartado el ataque al corazón. Podéis pasar a verla, está en la habitación número 11.

Axel coge del brazo a Mark y tira con ansias de él hasta el ascensor. El chico se disculpa de la enfermera con una sonrisa y sigue como puede el paso de Axel. En menos de dos segundos, gracias a la velocidad del rubio, llegan a la habitación de Crístal. Axel mira con ternura a la cara de ángel que tiene ahora mismo la chica y enseguida coge su mano para apretarla entre las suyas. Mark se pone al lado del chico y apoya su mano en el hombro de este.

- Tranquilo se va a poner bien, ya has oído a la enfermera.

Axel asiente imperceptiblemente. Pasan un rato en silencio sin saber bien que decir.

- Haber se supone que son estos los momentos en los que decís lo que pensáis de mi porque creéis que estoy dormida, así que vamos empezar.

*Narra Crístal*

La puerta de mi habitación se abre y yo cierro los ojos rápidamente. Se que después de esto voy a tener que enfrentarme a los chicos así que me voy a divertir un poco con esto. Según las películas americanas cuando la protagonista está desmayada en una cama de un hospital, sus familiares y amigos empiezan a hablar sobre lo que piensan de ti. Como yo carezco de lo primero vamos a ver que piensan mis amigos. Pero en vez de escuchar lo perfecta y maravillosa que soy, no se oye ni una mosca por la sala.

- Haber se supone que son estos los momentos en los que decis lo que pensáis de mi porque creeis que estoy dormida, asi que vamos empezar - digo abriendo un ojo.

Me acomodo un poco en la cama y pongo las manos sobre mi pecho. Vuelvo a abrir un ojo cuando veo que nadie contesta. Axel y Mark se encuentran apretando los puños unos al lado del otro mirándome con odio.

- Ya me encargo yo de ella, llama a los otros - dice Axel.

Mark asiente y sale de la habitación echando humo. Cuando la puerta se cierra Axel se acerca peligrosamente a mi.

- Mierda - susurro - aquí no hay botón para llamar a seguridad ¿o que? - digo buscando como loca un de esos cacharritos que podrían salvarme de ese sexy y agresivo...

Y muy cabreado.

... y muy cabreado chico que tengo en frente.

- Crístal, Crístal, Crístal...

- Me lo pusieron mis padres, ¿a que es bonito?

Axel enarca una ceja y se que se está imaginando cien mil formas de matarme.

- Si no te hubieras desmayado y ahora mismo no estuvieras conectada a una maquina, te juro que muy bien no ibas a acabar - dice muy a lo Christian Grey.

Me escondo debajo de las sabanas, pero en ese instante me viene el sueño a la cabeza. Rápidamente las aparto e intento aparentar normalidad.

- Primero te comportas de una forma extraña, después sales corriendo y pierdes el conocimiento en la entrada del instituto, y lo mejor de todo es que mientras vamos en la ambulancia es que nos enteramos de que tienes un problema de corazón que ninguno sabía de él. Pongo la mano en el fuego  a que tampoco le has dicho nada a Jude. Ah sí se me olvidaba, después de darnos un susto de muerte encima de ríes de nosotros.

Asiento dándole la razón, porque la tiene. Debería de haberles dicho el problema que tenía, tendría que haberles contado todo desde el principio...

- ¿Cuándo aprenderás a confíar en la gente? Todos queremos lo mejor para ti Selius, y tú lo único que haces es apartarte. ¿Qué ha pasado para que te pusieras así? - dice mirándome fijamente.

Aparto su mirada de la mía. Para mi, que tengo tanto orgullo como para poder admitir que estoy asustada, me es difícil contarlo.

- Vale, no me lo cuentes - se aleja de mi y abre la puerta para marcharse.

- Axel...

- ¿Qué?

Pero entonces cuando decido contárselo una pregunta se aparece en mi mente. ¿Y si al contárselo, pusiera a Axel en peligro?

- No, da igual - digo ocultando la cara para que no vea que estoy llorando.

- Adiós Crístal.

Y desaparece. Desaparece dejando un vacío enorme en mi alma y mi corazón. Y me doy cuenta ahora de que esto me está doliendo mucho más que cualquier otra cosa. Porque sin quererlo y sin saberlo acabo de darle la espalda a lo mejor que me ha pasado desde hace mucho tiempo.

*Narrador en tercera persona*

La puerta se abre minutos después. La chica esperanzada de que Axel haya vuelto a por ella a pesar de todo, gira la cabeza. Pero no es el rubio al que ella quería ver...

- Hola Crístal - dice Byron entrando por la puerta con total tranquilidad.

El cuerpo de la chica palidece al encontrarse con el chico de sus mayores pesadillas.

- Deja de acosarme - dice llena de rabia.

- No cariño, no te confundas. No te estoy acosando, te estoy advirtiendo de una realidad que dentro de poco será realizada.

Crístal suelta una carcajada irónica.

- Sigue soñando.

- ¿Cómo tu sueñas conmigo? - un escalofrío recorren el cuerpo de la chica.

- Que quieres de mi.

Byron sonríe sabiendo que dentro de nada va a conseguir lo que ansiaba desde hace mucho. Se acerca a su oído y susurra unas palabras. La chica enfurecida y a la vez asustada, se quita la vía que le tenia conectada a la máquina y se levanta renqueante de la cama.

 El chico de ojos azules se aparta corriendo de la puerta y se esconde en la primera esquina que encuentra. Desde esa posición, ve como el chico guía a la desvalida chica hasta una escalera apartada del hospital. Frunce el ceño, no puede dejar sola a la pobre chica, no después de saber lo que ha oído.

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Siguiente capítulo. Las cosas se ponen interesantes... ¿Quién es ese chico de ojos azules? ¿Qué querrá de verdad Byron de Crístal? TANTANTAAAAAAAAAAAN.

Besoooooooos.

Mil Sueños Por Cumplir (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora