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• Pum •
M a r i e

Pum.

Pum.

Pum.

Cada sonido estrepitoso casi me provocaba un tic en el ojo. Uno de los hombres de abajo estaba golpeando algo continuamente contra la pared. Estaba segura de que era una pelota de beisbol o algo. No lo sé, pero ya me tenía muy harta. Más que harta.

Desesperada.

Han pasado segundos desde que el hombre cayó rendido en el sueño de morfeo. Hablo del asqueroso de arriba mío, no del inconsciente. Ése lleva, cuando mucho, ya unos veinte minutos.

Las voces masculinas seguían hablando y hablando en el primer piso, de puras cosas obcenas y de lo mucho que extrañan el estar con una mujer. Yo ignoraba sus palabras, sólo escuchaba atenta a sus voces, indicándonos que hay casa llena. Se sentía incómodo, ya que Rick estaba a mi lado y pues él es hombre y yo mujer...mis mejillas estaban rojas, tanto como de la vergüenza como de la ira.

En realidad, ha servido de mucho él que estemos aquí abajo escondidos; así conocemos quién manda, sus movimientos, la relación que tienen y la cantidad de idiotas que son.

Cuatro idiotas, uno dormido; el líder, otro inconsciente; el provocador, que estaba segura que era mano derecha, y los otros dos pues;...los aliados extras que son unos tontos, que podría jurar que le temen al dormilón, y que lo siguen y apoyan ante todo bajo sus amenazas.

El ambiente se ha relajado un poco, las cosas están tranquilas hasta ahora, pero Rick sigue igual de tenso. Yo ya no podía soportar el hecho de que siguiéramos en ésta situación. Estaba harta de todo, necesitaba salir de aquí. Las cosas se han alargado, han empeorado. Me preocupaba el hecho de que mi hermano aún no haya vuelto, más me sentía aliviada por eso; significaba que él estaba a salvo.

Pero yo no, y no iba a dejar que las cosas sigan así. Tengo qué hacer algo.

Es por eso, que había tomado una decisión. Durante los veinte minutos que tuve, los usé y aproveché para pensar, reflexionar y meditar. Me negaba y me echaba para atrás, pero después lo pensaba mejor y aceptaba. Si moría, lo haría luchando, no por estar escondida, y asustada.

Así que, con manos temblorosas y el corazón latiéndome fuerte, las apoyé contra el suelo de madera y firmemente, me obligué a impulsarme hacía mi costado. En dirección a la orilla de la cama. Una sensación de arrepentimiento me invadió mientras lo hacía, pero ya estaba la mitad de mi cuerpo fuera así que...ya no había vuelta atrás.

"¡Hey! ¡Hey! ¡Marie!" Los susurros alterados de Rick me hace apretar fuertemente los ojos, más sin embargo me obligo a continuar. Estoy saliendo de manera pasiva con extrema lentitud, justo igual que Rick sucesos antes. Era irónico el hecho de que yo lo hubiera criticado y estuviera haciendo exactamente los mismo. Pero era increíblemente imposible intentar salir de manera rápida, ya que un movimiento en falso nos perjudicaría. Mi cuerpo reaccionaba solo, yo me encontraba temblando, con las gotas de sudor caer por mi frente y mi corazón latiéndome con fuerza. Los nudos en mi estómago me provocaban las ganas de vomitar, me sentía enferma. Pero, debía enfrentarme a esto. Si no lo hacía, ¿cómo sobreviviría después?

Mientras me arrastraba fuera, rechinidos de mi ropa apretujándose y mis converse siendo arrastrados no ayudaban mucho, más los ronquidos constantes. Finalmente, consigo salir, y al levantarme, el suelo cruje bajo mis pies al mismo tiempo que una sensación de estiramiento en las piernas me da placer, pues ahora puedo moverme sin estar, al menos, tan tensa.

Pum.

Pum.

Pum.

No dejaban de golpear, y se sentía como un reloj: tic, toc, tic, toc; indicándonos que estamos bajo tiempo. Y bajo estrés.

Saving You [carl grimes]Where stories live. Discover now