Saving You [carl grimes]

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• ¿Mamá? •
M a r i e
El alma se me cayó a los pies. La incredulidad, decepción, tristeza y coraje se filtraron en distintas partes de mi cuerpo. La incredulidad en mi expresión, la decepción en mis ojos, la tristeza en mis lágrimas y el coraje...directo a mis puños.

Apreté mis dientes antes de fruncir el ceño con fuerza y tomé su mano que seguía en mi hombro. Me pareció raro tocarlo, pero no me importó y me levanté con fuerza, y por inercia, el lo hizo también.

"¡Te odio!" Grito, y lo empujo con todas mis fuerzas. Y fue tanta, que hasta mis muñecas se lastimaron. Carl cayó al suelo con brutalidad y su estúpido sombrero salió volando detrás de él. Veo la sorpresa y la culpabilidad en su expresión. Es como si hasta ahora, en este momento, se hubiera dado cuenta de lo que había dicho.

Pero ya estaba dicho y hecho.

Me giro y llevo mis palmas a mi rostro y lloro. Lloro con todas mi infinitas lágrimas, sollozo entre gemidos. Aprieto mis ojos, liberando más y más lágrimas y abro los ojos. Entre los huecos de mis dedos veo que el sitio en el que mi papá y Hershel estaban, se encontraba vacío. Genial, se habían ido a la prisión y ahora yo tendré que enfrentar esto sola. O solo podría irme corriendo y huir. Siento una mano en mi hombro que me hace girarme como si fuera la persona más ligera, o más débil, del mundo. Rápidamente reacciono y quito su mano de mi hombro con brusquedad, por segunda vez.

"¡No! ¡No me toques! ¡No quiero que me toques!" Chillo y lo vuelvo empujar, esta vez con menos intensidad. Y su rostro refleja miles de emociones contenidas. Sorpresa, culpabilidad, incredulidad, arrepentimiento.

"Y-Yo...M-Marie, yo..." Tartamudea y da un paso hacía mi, pero yo niego con la cabeza y me giro, volviendo a tapar mi rostro patéticamente con mis manos. Me alejo a pasos rápidos de él a una distancia mucho más de lo prudente. Necesitaba estar alejada de él. No podía compartir mi mismo aire que él. Y no quería estar cerca de esos malditos caminantes disfrutando del espectáculo. Tal vez se le salió, tal vez el no quizo decir eso. No. El se había pasado. Y no me importaba si el estuviera preocupado o la mierda que sea. En estos momentos lo odio. Lo odio tanto, que si se muriera, no me importaría. Justo como a el no le importa lo que le haya pasado a mi madre. Es un malagradecido. Yo preguntando por su madre, y el ignorando a la mía. Carl cambió, y lo odio.

Pero no. No podría desearle la muerte a nadie. Ni a mi peor enemigo. Ni al que provocó que mi madre desapareciera de nuevo, o tal vez sí. Sobretodo porque después de la muerte...ya no hay paz. Ni antes, ni después de la muerte.

Mis pensamientos se contradicen y no se que pensar. Lo odio, pero luego pienso en que si realmente lo odio. Pero luego recuerdo lo que dijo, y lo vuelvo a odiar al doble. Luego lo justifico, pero luego me retracto. ¡Estoy realmente peor que los malditos nudos de Rapunzel!

"Déjame, Carl. Solo trataba de saber que...que te pasaba. No entendía porque estabas enojado conmigo. Te lo conté porque te necesitaba. Eras mi mejor amigo. ¿Qué te pasó? ¡Te conté lo más doloroso de mi vida y a ti no te importo!" Chillo aún si girarme. Y siento a los caminantes mucho más activos y desesperados tras las rejas.

"¡Si me importa! ¡Te juro que si me importa! ¡Me equivoqué, y lo siento!-" Exclama desesperado detrás de mi, pero no importa lo que diga. No soporto escuchar su voz así que lo interrumpo.

"¡No! ¡No lo sientes! ¡Te pasaste! ¡Puedes meterte conmigo, pero no con mi madre ni con Charlie!" Grito, presa de la furia. "¡Te odio, te odio, te odio!" Grito, y no se si me creo mis palabras. Suenan un poco irreales en voz alta. "¡Tu conociste a Charlie! ¡Sabes lo que significaba ese niño para mi, y a ti no te importa una maldita mierda!"