; 15

4.2K 287 38
                                    

No puedo
C a r l
Volvemos a casa al anochecer. Caminamos uno junto al otro, en realidad conversando y riendo de buenos momentos en el pasado.

"Recuerdo cuando le temía a las armas, y ahora son mis mejores amigas. ¿Cómo algo que te daba miedo puede cambiar a algo normal?" Yo pateo una piedra y ésta rebota contra el suelo a una corta distancia.

"No lo sé, las cosas siempre cambian. Siempre lo harán" Me encojo de hombros, mientras ella avanza a mi lado con la patineta. Sí, no he aprendido como aún.

"¿Crees que los caminantes se extingan alguna vez?" Su pregunta me hace apretar los labios mientras la miro de reojo a mi lado.

"No lo sé, muchas personas se infectaron. Probablemente miles de miles de caminantes estén ahí vagando como estúpidos"

"O sea, que no crees" Asiente a modo de afirmación. Un suspiro cansado se escapa de mi boca.

"No se en que creer o pensar a estas alturas"

Las cosas habían cambiado entre Marie y yo. Sentía que habíamos vuelto a la normalidad, a como era antes. Más, se siente algo extraño. Es como si pudiera ser como yo quiera frente a ella, pero al mismo tiempo me hacía dilemas en la cabeza sobre como actuar frente a ella.

No lo entiendo. El mundo se volvió completamente loco.

«Tu también»

Al llegar a casa, lo primero que hicimos al llegar fue tirarnos en donde sea a dormir. Estábamos completamente llenos y fue un día activo. Al menos para mi lo fue. Lo único que recuerdo antes de, prácticamente ser obligado, a dormir junto a Rick, fue a Marie subir las escaleras corriendo y cerrando una puerta de un fuerte de golpe. Tal vez se había encerrado o que se yo, pero me pareció extraña su actitud. De todas maneras, no le tomé importancia y decidí sentarme en el suelo recargándome al sofá a los pies de Rick. Y antes de que pudiera darme cuenta, había caído rendido.

Abrí los ojos lentamente, y lo primero que vi fue el techo. Los cerré de nuevo mientras resoplaba. Mi cuerpo estaba adolorido por estar tanto tiempo en la misma incómoda posición. El cuello me dolía, y la espalda igual. Decidí mover un poco el cuello estirándolo. Me encontraba sentado con las piernas estiradas. Ya estaba totalmente oscuro. ¿Cuánto había dormido? Cuando llegué, todavía un poco de Sol. Ahora, todo está oscuro y silencioso.

Miro a mi alrededor, y me topo con Rick. Me le quedo mirando sin expresión alguna en mi rostro. Sigue sin despertar, genial. Entonces, mi oído se agudiza, y escucho algo. Una especie de gemido muy apenas audible. Me pongo alerta pero escéptico. Tranquilo, Grimes. Solo falta que estés alucinando. Y de la nada, su mano colgando se mueve abruptamente seguido de una especie de gruñido. Me sobresalto y mis ojos se abren como platos mientras me giro y comienzo a retroceder rápidamente.

Estoy aterrado, y miles de pensamientos negativos no paran de repetirse una y otra vez en mi cabeza. El pulso comienza a acelerarse considerablemente mientras una constante sensación de angustia e incredulidad aprietan mi estómago. Estoy comenzando a temblar. Mi papá esta gruñendo mientras se mueve. Oh, no, eso no es bueno. Joder, joder, joder. ¿Mi papá está muerto? ¿Se ha convertido en uno de ellos, en monstruo, en un caminante?

«¡Cállate, Grimes! ¡compruébalo primero!»

Me apoyo contra un sillón de cuero volteado, y veo como Rick comienza a inclinarse hacía arriba mientras estira la mano hacía mi mientras gruñe extrañamente. Mi pulso acelerado no ayuda con mi respiración entrecortada, y mis ojos casi se salen de mis órbitas cuando veo que está por caerse al suelo. Oh, no. Si lo es, es un caminante. Una persona normal se levantaría, mi padre lo haría. Me obligo a sacar con torpeza mi revólver de mi funda envuelta en mi pierna mientras comienzo a apuntar con temblor en mis manos.

Saving You [carl grimes]Where stories live. Discover now