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• Difícil confesión •
C a r l

Estoy sentado en las vías, mirando al suelo sin hacer completamente nada. El hermano de Marie está sentado a mi lado, y se encontraba conversando con mi padre sobre sus grandes y muy peligrosas misiones cuando estaba en el cuartel de la marina. Bufo rodando los ojos.

Presumido.

A decir verdad, el sentimiento es mutuo. A Barbie no le agrado y él tampoco a mi. A veces se sentía incómodo. Pero no me importaba, no es como si me sintiera ofendido, si necesitara de su presencia. En realidad, es divertido ver como se ponía molesto cada vez que Marie y yo nos acercábamos.

Hablando de eso.

Marie y Michonne se han ido al bosque, a hacer sus aburridas necesidades. Nosotros tres esperamos por ellas, y yo me encontraba exhausto. Sobre todo, físico; el calor estaba más fuerte que nunca, y el cabello se me pegaba al cuello del puro asqueroso sudor. Me sentía tan caliente y era tanta la desesperación por un poco de aire fresco, que podría quitarme la camisa ahora mismo. Estaba tentado, muy tentado. Sin embargo, no lo haría.

Mentalmente, también estaba exhausto. En mi mente se reproducían una y otra vez todos los recuerdos que he tenido con Marie desde qué llegó. Repito las escenas una y otra vez, pensando cosas que pude haber dicho o hecho en vez de las que realmente hice. Tenía la sensación de que gasté mucho tiempo, ahora perdido, en evitar las cosas con Marie. Ser amigos, por ejemplo.

Lo logramos, somos amigos de vuelta. Pero, ¿amigos? No se sentía como eso. No es lo mismo a que cuando éramos pequeños, no es lo mismo y presiento que nunca lo volverá a ser. Bueno, ¿y qué? ¿Me molesta que sea diferente?

Eso. ¿Me molesta? ¿O estoy bien con ello? Ni si quiera sé que pienso al respecto.

Suelto un resoplido, ajustando bien el sombrero sobre mi cabeza, y sacudo la cabeza. Ya estaba harto de darle vueltas, y vueltas al asunto. Quería liberarme de todo esto y simplemente seguir, pero no sé porqué me sentía presionado. O mejor dicho, aprisionado. Había algo que no me dejaba en paz. Había algo en mi que...simplemente me jodía la existencia.

No sabía qué era, pero estaba tan cansado de todo que ya ni le presto atención. De todas formas, no importaba. Ya no debo de preocuparme, ni de seguir con lo mismo. Ya arreglé las cosas con Marie, ahora ya puedo dormir en paz.

Pero, como siempre, hay un pero. Y no sabía que seguía de ése pero. Sin embargo, sabía que era relacionado con Marie. No era idiota, me daba cuenta de lo que pasaba. De las tonterías que yo hacía. No sé porque ahora me comporto más pasivo con ella, a comparación del principio. Si alguien me hubiera dicho esto el día que se fue a la mierda todo en la prisión, que yo me ofrecería a abrocharle las cintas a Marie, habría mandado a la mierda a esa persona y me reiría en su cara.

Y yo ahora soy el que me quiero reír de mi mismo. Estoy actuando tan raro con ella, como jamás lo había hecho con alguien. Ni si quiera con Beth. Estoy actuando como un idiota, y eso me recordaba a Glenn.

Murmullos y pisadas captan mi atención y levanto la cabeza, y distingo dos siluetas femeninas salir de entre los árboles. Miro inexpresivo, pero por dentro confundido, el como Marie y Michonne platican animadamente, con mucha alegría por parte de las dos. Bueno, son mujeres. Entre ellas se entenderán.

Ellas caminan hacía nosotros, subiendo a la nivelación de las vías y yo me levanto de mi lugar en un rápido movimiento. Barbie y mi padre me imitan, ajustando las mochilas sobre sus espaldas. Entonces yo veo la mochila de Marie tirada sobre las piedritas, y yo me inclino y la levanto. Entonces ellas llegan frente a mi.

Saving You [carl grimes]Onde histórias criam vida. Descubra agora