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  - Oriana baja a tomar un algo de desayuno. - grito su madre desde abajo.

Oriana se encontraba mirando por su ventana, en secreto, como ella siempre solía hacerlo. Al escuchar el grito de su mamá, no tuvo mas remedio que bajar a desayunar, antes que se le hiciera tarde, y poder salir a la hora exacta en que Julian también salia de su casa para dirigirse a la preparatoria, Calgary School . Solo faltaban 3 meses para salir de ahí y por fin poder entrar a la universidad, estaba enamorada de Julian desde hace un par de años que se mudo a vivir ahí, justo al lado de su casa, pero ella era una chica tan, pero tan tímida, siempre estaba seria, obedecía en todo a sus padres, como era hija única, y no tenia familiares cerca, debido a su personalidad no hablaba con muchas personas, no tenia el don de ser tan social, siempre prefería esconderse en su cuarto a mirar a Julian detrás de su ventana. Se la pasaba escribiendo poemas, e historias de amor sobre el... casi no articulaban palabra, a pesar de ir en el mismo colegio. Lo que le hacia feliz a Oriana era conformarse con verlo detrás de su ventana, y en la única clase que les tocaba juntos... música y deportes; en realidad ella no era muy buena para los deportes, pero para la música si, tocaba muchos instrumentos, tenia que hacer algo en tanto tiempo libre que tenia...

Aun no sabia por que razón seguía así, sus papas la quieren mucho, trabajan en un horario que la podían atender lo suficientemente bien, ellos eran la únicas personas que la entendían, confiaba mucho en su mamá, y en su papá, por lo regular siempre estaban de viaje todos juntos en familia.

La madre de Oriana trataba de convencerla en que consiguiera mas amigas, en que saliera a divertirse, que conociera chicos, que por un momento dejara de estudiar tanto para divertirse... ¿gracioso, no? cualquiera desearía que esas palabras salieran de la boca de sus padres; su madre le compraba mucha ropa juvenil, maquillaje, accesorios, tenia las mejores cosas, pero ella prefería siempre usar esos pantalones anchos, o faldas debajo de la rodilla, y camisas aguadas, siempre traía su cabello negro suelto, era lacio, ella lo usaba para taparse un poco el rostro, su piel blanca, lo rizado de sus pestañas y lo claro de sus ojos, dejaban mucho de que hablar, pero casi nadie lo notaba por que ella siempre caminaba con la mirada en el piso, tenia compañeras, claro... pero solo con muy pocas se abría para contarse cosas y así.

- ¿Te gustaría que fuéramos hoy a comprar ropa terminando de comer? - pregunto su madre entusiasmada una vez que Oriana estaba sentada en el comedor.
- Ya tengo demasiada ropa que ni me pongo mamá. - probó un bocado - mejor comemos helado. - sonrió -
- No es que quiera cambiar tu forma de ser, eres mi hija y te amo, pero creo que un cambio no le hace mal a nadie... ¿no crees? pero esta bien, no te presionare, iremos por helado.

Cuando termino de desayunar, miro su reloj, marcaban las 6:40 hora exacta en que Julian salia de su casa camino a la preparatoria, subió corriendo por su bolso... y rápido se lavo los dientes, se despidió y en cuanto Julian salio de su casa, salio ella detrás de el, a unos cuantos metros de distancia, lo miraba caminar, simplemente para ella Julian era el chico perfecto, su caminar tan personalizado, su mochila sobre su hombro, su cuerpo, una de las joyas mas solicitadas, su cabello lacio, color castaño, que caía sobre su rostro cuando lo movía, su piel... y lo mas impresionante de el era su hermosa sonrisa, con solo hacer ese gesto alegraba a quien estuviese con el, hasta el mismo cielo gris se quitaba para que saliera el sol y brillara con tal resplandor.

Oriana con un libro en la mano y su mochila en los hombros, su cabello en su rostro y sus labios rojos producto de la sonrisa que le provocaba el solo mirar por espaldas el caminado de Julian, donde iba moviendo su trasero al compás de sus pasos... era tan divertido para ella.  

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Hola, nueva novela. Espero que les guste.

Sky.

Detrás de mi ventana. (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora