Capítulo 53: El retorno al pasado

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Cuando estuve en Los Angeles, miles de recuerdos invadieron mi mente. Recuerdos que parecían cercanos pero por alguna razón dolían.

Traté de recordar las narraciones que le solía contar a Natal y antes de que se durmiera, ya que podría estar en aquellos lugares de los que un día le hablé en mis narraciones.

Alquilé un coche y me dirigí a mi antigua casa, estaba igual que antes. Entré y vi la sangre en el suelo de cuando aquella pelea con Eva. Cerré los ojos con fuerza tratando de alejar aquellos angustiosos recuerdos de mi memoria, pero me era imposible.

Una vez con los ojos abiertos me dirigí a la cocina, el cual estaba muy desordenada. Traté de recordar en que estado la dejé y en mis recuerdos aparecía todo ordenada. ¿Quién estuvo allí?

- Vaya, vaya-, dijo una voz femenina a mis espaldas-, mira quién ha vuelto.

Me di la vuelta muy despacio para poder ponerle rostro a aquella voz. Cuando pude ver de quién se trataba, mi rostro empalideció, era Eva.

- Has tardado, pero al final estás aquí-. Dijo con una voz cínica.

- Hola Eva-. Saludé.

- ¿No tienes nada que contarme?- Preguntó sin cambiar su tono de voz.

- No sé-, respondí pensativa-, ¿tengo algo que contarte?

- ¡No me hagas enfadar!- Exclamó cambiando el tono de voz, esta vez, enfadado.

- ¿O qué? ¿Me vas a matar?- Reí ante aquella situación.

- Podría, pero te quiero viva-, dijo rodeándome-, por ahora-. Añadió.

Sacó una bolsa de plástico del bolsillo y antes de que pudiera reaccionar me la introdujo en la cara, casi ni me quedaba aire para poder respirar cuando le di un codazo en su pómulo derecho. Gracias a aquella acción me pude deshacer de la bolsa.

- ¿No decías que me querías viva?

Cogió un cuchillo de la encimera y se disponía a clavármelo en la tripa, pero fui más ágil y pude esquivarlo.

Pero lo que no me pude imaginar fue cuando se sacó un bote de pimienta y me lo implantó en los ojos.

Los ojos me picaban, me recocían. Me retorcía de dolor pero seguí luchando hasta que decidí no gastar más fuerza en vano. Me arrastró hacia la puerta trasera y lo único que recordé fue verme en un furgón.

Sin Mirar Atrás [YA EN LIBRERIAS/EBOOK]Where stories live. Discover now