Capítulo 9: La realidad sobre el amor

43 5 0
                                    

Aquel abrazo me hizo darme cuenta de que yo no estaba tan sola como me dijo mi ex u otras personas en la escuela, me hizo recapacitar y darme cuenta de que tenía amigos dispuestos a dar la vida por mí y yo mientras pensando que estaba sola, era una idiota.

Aquel día asistí a aquellas charlas que fui días atrás, la psicóloga como siempre me dijo que hablara, era una pesada.

- ¿Has aprendido algo en estas tres sesiones, Selena?- Preguntó.

- Sí, he aprendido que no soy la única que tiene el mismo problema-. Respondí.

-¿Algo más?

- Que no me voy a enamorar nunca más, estoy candada del mismo viejo amor porque esta mierda de derrumba.

Cada persona que estaban sentada en sus respectivas sillas me miraban como si estuviera loca o como si no entendieran la respuesta que le di a la pregunta de la psicóloga.

- No me mireis así, esto es lo que pasa cuando unos tios juegan con nosotras como si fueramos muñecas insignificantes-, dije mientras señalaba al circulo-, gracias a esos gilipollas esta psicóloga tiene trabajo por lo que ella también agradece que nos pasara lo que nos ha pasado mientras le contamos a diez personas nuestros problemas amorosos-, hize una pequeña pausa-, somos nosotras unas gilipollas al creer que los principes azules existen, cuando en relidad no hay que besar a sapos para que se conviertan en principes ni la vida es un cuento de hadas, saquemonos de la cabeza las tonterías que nuestros padre nos leían de pequeños, la vida real no funciona de esa manera-. Concluí mi discurso sobre lo que pensaba en el amor.

Se hizo un pequeño silencio un poco incómodo, pero que fue interrumpida enseguida.

- No volveré a creer en un "te quiero"-. Dijo Eva.

- Y haces bien porque esas dos palabras son solo palabras, el querer se demuestra con hechos, con cada acción, gesto o mirada-. Dije mirándola.

La psicóloga dio por finalizada la reunión de hoy, al salir me paró y tuve que aguantar diez minutos diciéndome que soy una pesimista y que tenía que olvidar a mi ex, lo típico.

Cuando me fui me sentí un poco aliviada porque por primera vez tuve ocasión de decirle al mundo lo que en realidad es el amor y lo que pensaba de él.

Sin Mirar Atrás [YA EN LIBRERIAS/EBOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora