Capítulo 4: La voz

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Cuando salí de aquel lugar me dirigí a los baños y me encerré en uno de aquellos para poder llorar a solas sin que nadie me viera, porque si alguien me viera llorar era demostrar devilidad y eso era lo último que quería mostrar de mí.

De pronto, escuché que la puerta de los baños se abrirse, me cayé para que nadie me pudiera oir.

Abrí un poco la puerta, sólo mostrando una rendija por el cual asomé mi ojo, esa persona estaba frente al espejo. Me limpié las lágrimas y salí, no antes de tirar de la cadena para que no se diera cuenta de que en realidad estaba llorando.

- Hola-. Dije con un susurro.

- Oh, hola Selena, ¿cómo va tu vida sin él?- Preguntó.

- Estupendamente-. Mentí.

- A mi me va genial, mira, nos vamos a casar.

- Bien por vosotros-. Dije viendo de reojo el anillo.

- ¿Quiéres que te invite a algo para celebrarlo?

Reí fuertemente y salí de allí, la verdad es que estaba incómoda con su presencia.

"No puedes olvidarme, ¿a qué no?-. Resonó su voz en mi cabeza-. Claro, como hace unas semanas nos acostamos creyendo que me tenías y cuando despertaste y viste cien dólares con una nota que decía gracias por tus servicios-, rió-, ¡qué ingenua!

- Callate ya-. Grite con las manos en mi cabeza y con los ojos totalmente cerrados.

Sentí un fuerte impacto en mí contra el suelo y muchos gritos de gente que estaba a mi alredor, pero luego no sentí nada más.

Sin Mirar Atrás [YA EN LIBRERIAS/EBOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora