La hija de Sirius Black

Rumbo a la Madriguera

-¿De verdad ella te rasguñó así?- preguntó Zahia incrédula.

-Nah, eso fue mi gato mientras jugábamos a que yo era el ratón, sólo quería vengarme con ellos por lo del otro día. -dijo con una sonrisa ladeada y con Zahia reímos.

Luego de la cena volvíamos a nuestras habitaciones. Para mi mala suerte Harry, Ron y Hermione iban detrás de nosotros y yo sentía la mirada fija de Harry sobre mi.

-Oye Harry, ¿Pasaras Navidad en Hogwarts?- preguntó Ron en voz alta llamando la atención de todos.

-Sabes que si Ron, si mis Padres estuvieran aquí, con gusto la pasaría en casa. Pero ya sabes el resto de la historia Ron. -respondió Harry en voz alta, era obvia su indirecta.

-Chicos basta. -esa era la voz de Hermione.

-No, ya sabes la historia Hermione. -le respondió Harry. Mire a Zahia y Emily quienes asintieron. Gire sobre mis talones y los enfrente.

-Si tienes algo que decir, Potter, dilo a la cara, yo no te di la confianza para que hables así a mis espaldas además no saben lo poco hombres que se ven así y si Weasley también va para ti. Después de todo, pensé que los Gryffindor siempre daban la cara, veo que me equivoqué. -no les di tiempo de responder y volví a seguir mi camino.

-Y yo pensé que todos los Gryffindor eran fieles a sus amigos, veo que yo también me equivoque. -dijo Harry en voz alta. Estoy segura que si fuera igual a Emily mi cabello estaría rojo. Gire sobre mis talones y sin dar tiempo de nada saque mi varita apuntando a Potter.

-¡Expulso! -se lo tomó por sorpresa por lo que salió volando. Weasley estaba atónito igual que todos mirando la escena. -Si me provocas no respondo por mis actos. Piensa en eso, Potter. -dije molesta y salí casi corriendo sin que nadie intente detenerme.

Nadie me detuvo, es mas, todos se hacían para un lado para dejarme pasar. Escuche los gritos de los chicos que me llamaban pero ignorando los gritos volví a mi forma animaga y escale los muros de piedra.

-Es curioso ver a un gato que no sea la Profesora McGonagall. -dijo la voz de un Profesor y no cualquiera. Es Remus Lupin. Me miraba con una curiosa sonrisa apoyado en el marco de una puerta. Suspire y deje mi forma animaga parándome al lado suyo.

-¿Como supo que era yo?- le pregunté mirando el suelo, Lupin suspiro y sentí su mirada sobre mi, a pesar de que no estaba mirada la sentía fija sobre mi.

-Eres igual que el patronus de Elizabeth. Es realmente curioso lo mucho que te pareces a tu madre.

-¿Conoció a mi madre?- pregunté sin mirarlo aún.

-Sí, dejame decirte que físicamente eres igual a Elizabeth, ella siempre tenía a sus admiradores y chicos detrás de ella. Pero sólo Sirius logró enamorarla. -ahora levanté mi mirada con interes. Lupin al ver interés en mi rostro sonrió y asintió. -Sí, conocí a tú padre, de hecho fue uno de mis mejores amigos, junto con James Potter y Peter Pettigrew. ¿Sabes? Cuando te vi, me acorde de inmediato de Sirius. A pesar de que eres igual a Elizabeth, tú personalidad es la de Sirius, arrogante, segura de ti misma y claro no podía faltar que no te gusta dejarte pisotear, eso lo sacaste de los dos. -soltó una leve risa y yo sonreí con orgullo. -Tienen la misma sonrisa arrogante que tanto lo caracteriza.

-Profesor... ¿Usted de verdad cree que mi padre hizo de todo lo que se le acusa?- Lupin me miro y se tomó su tiempo en responder.

-La verdad no estoy seguro. Sirius era un fiel amigo y nunca me esperé nada malo de él. Si bien sus padres y Regulus, estaban a favor con Voldemort, Sirius nunca mostró ese mismo interés. Pero los dos sabemos como es la historia. Amy, que no te afecten los comentarlos, yo estoy seguro de que tú estas de nuestro lado y no traicionarías a nadie. -quería sonreír... Pero hasta el profesor Lupin cree que mi padre de verdad es un asesino, desvíe mi mirada mirando la nada, es lo único que me puede distraer ahora. Lupin suspiro. -Amy, toda verdad se descubre tarde o temprano, si Sirius es inocente como tú crees que lo es, se descubrirá tarde o temprano. -mire a Lupin, había seguridad en su mirada. Asentí levemente.