La hija de Sirius Black

Noche de chicas

Luego de lo que ocurrió con la dama gorda, mandaron a todas las casas al gran salón mientras los profesores iban en la búsqueda de mi padre.

Cuando Caminábamos al gran salón varias personas me miraba asustadas y otras con odio, deben pensar que yo ayudé a mi padre a entrar. Trate de ignorarlas pero no es fácil cuando más de la mitad de los alumnos te miran cuando pasas. Decidí quedarme en un rincón y esperar que todos pasen, de otro modo seguiré siendo el centro de las miradas.

Los chicos se iban a quedar pero les negué y les susurré que quería estar sola. Los únicos que no me hicieron caso y se quedaron fueron Fred y George.

-Me sorprende que quieran quedarse conmigo. - les dije a los gemelos, ellos me abrazaron cada uno de un lado.

-Te lo hemos dicho pero te lo volveremos a decir. -comenzó Fred.

-Eres nuestra amiga y te queremos, no nos interesa si tu padre es el diablo, cosa que explicaría tu carácter. - dijo George y yo solté una carcajada.

-Además si quisieras matarnos, ya lo habrías hecho o hubieras mandado a tu padre a que nos mate. - bromearon y negué divertida.

-No se como me gane el cariño de ustedes, pero no me arrepiento. -ellos sonrieron y los abracé, me correspondieron el abrazó.

-Te adoramos Pelinegra. -dijeron al mismo tiempo.

-Y yo a ustedes Pelirrojos. -dije y luego me separe del abrazó.

-Te vimos peliada con Harry, ¿Paso algo?-preguntó notablemente preocupado George, negué, no quiero que los chicos le digan algo a Harry.

-Porque aunque Harry sea nuestro amigo, tu eres nuestra mejor amiga y siempre estaremos de tu lado. -dijo Fred

-Y si es necesario lo golpeamos por ti. -concluyó George. Reí y los abracé. Me volvieron a corresponder el abrazó, aunque esta vez me apretaron.

-Lo repito los adoro cerebros de trolls. Esta todo bien, sólo queremos algo de espació ahora.

-Con la noticia de tu padre, todos te darán espacio ahora. -dijo Fred, le lancé una mirada asesina. -Como que llaman... ¡Ya voy!- grito y se fue a no se donde, con George reímos y el lo siguió.

Espere que todos entraran al gran comedor y me escabullí saliendo de ahí.

-¿A donde vas?- preguntó una voz a mis espaldas. Suspire y maldeci interiormente, sabiendo de quien se trataba. Volteé lentamente y vi que estaba Aline, mirándome desde el frente, con sus brazos cruzados y su pie izquierdo apoyado en la pared. Me miraba con su típica mirada rebelde, si no fuera porque se que su casa es Ravenclaw, pensaría que es una Slytherin, por la forma que mira a los demás y por su aire de superioridad.

-¿Eso te importa?- le pregunte mientras comenzaba a caminar llendo en la dirección contraria.

-Sólo si llamas a tu padre para que mate a mis amigos. -respondió ella siguiendome. Yo la mire con una ceja alzada.

-Mi padre no es malo, sólo es mal juzgado. -Aline se quedó callada un momento y luego suspiró.

-No es malo comparado con mi madre. -confesó ella.

-No debe ser tan mala. -ahora Aline me miraba con una ceja alzada.

-Se nota que no tienes idea... Mi madre es Bellatrix. -estoy segura que si estuviera tomando jugó de calabaza, la hubiera escupido, la mire con asombro sin poder creermelo, pero ella me miraba sería, era verdad Bellatrix es su madre.

-Nunca imaginé que tu eres hija de Bellatrix. -dije aún asombrada

-Nadie se lo imagina. -dice encogiéndose de hombros. -Por eso no te juzgare por quien es tu padre, se lo que se siente ser juzgado injustamente. Además, Bellatrix es prima de Sirius. Ella dice que Sirius era la vergüenza de los Black, juntándose con los sangre impura y los traidores a la sangre. Dijo que el defendió a los sangre impura, así que, no creó que Black sea un asesinó. -me quede observándola, ella me miró. -¿Tengo un Troll en la cara?- dijo y reí, ella me miró un rato y se río conmigo.