Capítulo 25

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Demonios.

¿Por qué la vida me hacía esto?

Corrió al encuentro de su hermana poniéndose de cuclillas junto ella para abrazarla protectoramente. La pequeña lloraba al compás de las dulces palabras que Jimin le susurraba en el oído. Besó su frente y en ese momento mis rodillas casi se destartalan.

¿Este era Park?

¿Tan dulce podría llegar a ser?

Mi corazón palpitó fuertemente, cubrí mi rostro caliente y sonreí ante tanta ternura que los hermanos desprendían.

Hana dejó su llanto, remplazándolo por una sonrisa triste. Una sonrisa que logró atravesarme en el segundo que me miró desde el suelo, le correspondí con algo de culpa.

Vi la ropa interior en el piso.

Tragué saliva con mis ojos desorbitados; Jimin me miró confundido, pero al correr de un minuto comprendió la situación.

Sonrió ladeadamente cargando a su hermana entre sus brazos para ponerla de pie cuidadosamente. -Hana, deja de ser tan torpe, ¿Sí?

La pequeña asintió enérgica, con una sonrisa auténtica en sus labios.

-¡Te espero en mi cuarto, ___! Mañana tendremos mucho sueño si no dormimos.- Advirtió correteando en dos ruedas. Azotó emocionada la puerta de su recámara, y el ambiente en el corredor cambió de inmediato.

No me atreví a mirarlo.

Él rompió el silencio. -¿Y bien?

-¿Qué?- Le miré de soslayo. Sonrió divertido.

-¿Qué pasó aquí?

-Pues nada.

Arqueó una ceja incrédulo, cogió la ropa interior del piso. -Esto no me suena a nada, ___.- Me mostró los bóxers en su mano.

-¡Yo no lo hice!- Me apresuré a contestar; pegué mi espalda aterrada a la pared, esperando su peor reacción.

-Oh, eso lo sé muy bien.- Se encogió de hombros divertido.- Tú solo fuiste una cómplice del hurto, ¿No?

-¡Sí! No, digo, no, Hana los robó.-Me contradije nerviosamente.

Park, eres mi muerte.

¿Tan nerviosa me pongo?

Sí, sé que él está bueno, ¿Y qué? Eso no le quita lo imbécil.

Recorrí su torso con mi mirada. Soltó una risa. -No te cansas de mirarme, ¿No?

Puse una mueca de asco. -¿Qué dices? Diuu...- Negué manteniendo mis facciones contraídas.- Ponte ropa, Park.- Me aguanté las ganas de seguir devorándolo con los ojos.

Amplió su sonrisa socarrona negando suavemente en mi dirección.

-Espera aquí, ___.-Musitó seriamente, se giró para ir a su cuarto.

Woah.

Eso es un buen culo.

¿Quién lo diría?

Quité mis ojos de allí; totalmente roja y avergonzada.

Que chico más desesperante y abrumador.

El beso, el beso, el beso, el beso, el beso.

¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en eso?

"Novata besando"

Pisoteé el piso furiosa.

Si tan solo no se hubiera quedado con esa impresión mía....

Sacudí mi cabeza, no debería de importarme.

Si tan solo supiera la verdad.

Apareció detrás de la puerta, con unos jeans y una sudadera. Caminó a las escaleras.

-¿Quieres ir por una caminata?- Se volteó a verme, aún con su gran y envidiable sonrisa.

Me cuestioné.

¿Qué era mejor?

¿Quedarme durmiendo con Hana, resguardada del frío de la noche, caliente en una cama?

¿O salir a la oscuridad, con Jimin y sus comentarios obscenos e invasivos?

Le miré encogiéndome de hombros. -Seguro. -Sin cuestionármelo ni un segundo, le acompañé a la gran escalera.

Sería una noche interesante.

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