Capítulo 6: "No caeré tan bajo"

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—¿No te irás?-Preguntó mi padre con la boca colmada de cereal.

Asentí a duras penas bebiendo lo que quedaba de mi jugo. Segué mi boca con el dorso de la mano velozmente.

—¡Mandy!- Llamé a mi adorable bebé.- Nena...-Me arrodillé junto a ella, quién se dio vuelta sin dejar de mover su rabo.- Buena chica, buena chica...-Exclamé con vocecita estúpida, mientras rasqueteaba su panza peluda.

Mi perra, mi única real amiga, la única que aún sabiendo mi verdadera personalidad permanece junto a mí, a mi lado.

La abracé fuertemente, y esta largó una especie de chillido juguetón seguido de un ladrido. Me puse de pie, pero al intentar comenzar a dar un paso en dirección a la salida, Mandy tironeó del dobladillo de mi jean, intentando que no siguiera caminando.

—Bebé...-Murmuré tristemente mirándola desde arriba, estiré la mano y acaricié lentamente su cabeza.- Voy a volver, lo prometo...

—¡Oh por favor!- Mi padre escupió todo el cereal.-Apúrate de una jodida vez, todas las mañanas es lo mismo. Siempre una escena romántica cada día...

Sonreí disculpándome en su dirección antes de coger mi bolso y marcharme de la casa. —Nos vemos luego...-Hice una seña con la mano y cerré la puerta detrás de mí.

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—¿Qué fiesta?-Pregunté inocentemente comiendo la comida putrefacta del comedor.

—Ay, tontis~~- La estúpida hueca a mi lado, Sue, golpeó mi hombro juguetonamente.- La fiesta en la casa de Jimin, escuché que será una bomba.

—¿No te habías enterado?- Preguntó Kristine con su ceño fruncido.

Negué tranquilamente metiendo otra cucharada en mi boca. — ¿Cuándo es?

—Mañana, comienza a media noche.-Sue habló entusiasta, dejando ver su vacío cerebro.- Se organizó con el fin de inaugurar su casa, ya sabes, se ha mudado.

Tenía que ser una jodida broma.

¿Qué clase de idiota organiza su propia fiesta de bienvenida? 

En primer lugar, ¿Qué imbécil 'inaugura' una casa?

—Sí, se ha mudado frente a mi casa.-Lancé un suspiro cansino.

—¿¡EH!?- Las dos se encimaron encima de mi comida, dejándome imposible la tarea de seguir masticando.

—Que se ha mudado frente...

—¿¡CÓMO ES QUE NO NOS HAS DICHO NADA!?-Kristine sacudió violentamente mis hombros; estaba demasiado acostumbrada a ello, pero la estupidez humana nunca dejaba de asombrarme.

—No sabía que fuera de su interés, de todas formas se ha mudado ayer, no es como si hubiera pasado mucho tiempo.

—¡Hello-ow!- Susan, Dios se apiade de su alma, pestañó estupefacta.-¿Cómo no va a ser de nuestro interés? Es Park Jimin.

—Exactamente.-Grazné empujándolas lejos de mi comida.

—¿Cómo puedes mostrarte tan desinteresada al respecto?- Jadeó la morocha.-Puedes follártelo.-Habló como si fuera lo más natural del mundo, porque ciertamente para ellas lo era, y ante el falso conocimiento de que para mí 'también', había conseguido al menos dos chicas estúpidas para no estar sola en la secundaria.

—No me interesa.

—¿Por qué?

—Porque es estúpido.-Me encogí de hombros.

—¿Y a ti qué te importa?- Susan contraatacó confundida.- No mantendrás una conversación con su pene, ___, solo te lo meterás...

—¡Cállate!

La morocha bufó rodando sus ojos. —No entiendo, pensé que te habías follado a chicos antes...

—Lo he hecho.-Sentí mis oídos palpitar.-Simplemente él....

—¿Él qué?

—La... la tiene pequeña.-Sentí mis manos temblar debajo de la mesa, pero es que ¿Qué excusa podía meter? ¿Eh? Me estaba quedando sin opciones.

—¿Cómo lo sabes?-La rubia acomodó su postura con algo de interés.- Digo, aquí nadie se lo ha follado, al menos en esta secundaria.

—Es un playboy.-Hablé sin saber que decía yo misma.- Los rumores corren.

—Oh... supongo que es una pena.

—De todas formas si lo tuviera de vecino me lo follaría, está bueno.-La rubia se encogió de hombros rodando sus ojos.- Y tú deberías hacerlo también.

—No caeré tan bajo.

—Oh, ¡Pero qué cosas dices! Si te has acostado como con cinco chicos.-Falso.- ¿Qué diferencia puede hacer uno más?

Tragué saliva mirando mis manos, jugueteé con mis dedos. —No me parece atractivo.

-¿Eres lesbiana acaso? –Jadeó Kristine.

—Si él fuera el último hombre sobre la tierra, me volvería una.- Sentencié poniéndome de pie sin ánimos de seguir aquella conversación.

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