Capítulo 21: «Las aventuras de Humpty Dumpty»

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Capítulo 21: Las aventuras de Humpty Dumpty

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     𝕷os hermanos avanzaban lentamente por una empinada cuesta. Sus suspiros y quejidos de cansancio resonaban como sonido de fondo, y las alegres carcajadas de aquel curioso Huevo con el nombre de Humpty Dumpty hacían que aquellos lamentables gemidos quedaran superpuestos a sus estridentes risas.

Humpty Dumpty era un personaje muy peculiar. En cuanto los niños lo vieron, supieron que Humpty tenía algo diferente a todos los habitantes del País de las Maravillas con los que se habían encontrado hasta el momento. El Huevo de porcelana poseía un enorme espíritu aventurero y emprendedor que no abandonaba incluso en momentos duros y terribles como aquel en los que una gran guerra se avecinaba. De hecho, sucedía todo lo contrario: sus ganas de viajar, investigar y explorar se acrecentaban.

El extraño Huevo les había contado que había viajado hasta los Confines del Mundo, es decir, hasta las mismísimas fronteras del País de las Maravillas. Sin embargo, cuando creyó que el País se acababa en dicho punto, en unos instantes las fronteras cambiaron de sitio y se desplazaron más allá del horizonte, en algún punto infinito. Fue así cómo descubrió que el País en el que habitaba no terminaba en alguna parte, no tenía límites ni fin, pues cada día que pasaba se expandía más y más. También les relató algunas de las anécdotas más trepidantes y divertidas como cuando la Duquesa de Malva arrebató —sin maldad alguna— el pequeño Caparazón de la Falsa Tortuga y lo utilizó para jugar al Crocket.

—Al final, la joven Duquesa se dio cuenta de que aquello que golpeaba con su mazo no era una pelota sino un pequeño Caparazón y, lamentada por ese bochornoso suceso, le regaló a la Falsa Tortuga uno nuevo, pero esta vez, elaborado de caramelo. Ahora, todo el mundo persigue a la pobre Falsa Tortuga para robarle su nuevo Caparazón y así poder comérselo —rió Humpty, y los niños no pudieron más que secundarle en sus alegres carcajadas. 

Humpty Dumpty era muy gracioso y con él a su lado el viaje se hacía más animado, divertido y ameno. El Huevo, además, cargaba con una gigantesca mochila de cuero marrón a sus espaldas. Cuando los hermanitos le preguntaron que portaba en ella, Humpty les dijo que llevaba todo lo necesario para emprender un viaje, y por lo tanto, una nueva aventura. ¡Nunca se sabía cuándo te ibas a encontrar en un apuro o cuándo un espantoso monstruo te iba a atacar!

—¡Lo sabré yo bien! —farfulló malhumorado—. En mi último viaje, venía de hacer una expedición por las Tierras Salvajes que se encuentran cerca de Loquilandia, donde habitan las monstruosas criaturas que reciben el nombre de «Devoradores de Té Azul». Quería realizar una investigación sobre cómo el Té Azul puede afectar al organismo «vivo», pues ya sabéis que a la Gente de Porcelana no le afecta en lo absoluto este tipo de té —como otras tantas cosas—, ya que nuestro cuerpo está elaborado de un modo distinto al del resto de habitantes. El caso es que quería comprobar cómo podía afectar este tipo de té en el resto de criaturas y cuáles eran las causas de esta posible adicción, puesto que aquellos que lo toman varias veces se vuelven totalmente dependientes del Té Azul y no pueden vivir sin él. Ellos... viven en un estado de locura permanente que les hace volverse agresivos y violentos. Sus vidas cambian radicalmente, se alejan de su círculo afectivo y viven una realidad distorsionada... La locura gobierna sus vidas, por así decirlo.

Wonderland: el Origen de AliciaWhere stories live. Discover now