Capítulo 17: «Los Ojos de la Reina»

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Capítulo 17: Los Ojos de la Reina

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     ℌacía tiempo que el viento había dejado de soplar, incluso los pájaros habían dejado de piar. Una calma inquietante y un silencio abrumador envolvían a las tres criaturas que se encontraban en lo más alto de una colina, en mitad de una escalofriante conversación.

Gracias al Gato de Cheshire, los hermanos se habían enterado de lo que le sucedió a la Tercera Alicia, también conocida como la Reina del País de las Maravillas. Su trágica historia y su fatídico desenlace habían puesto la piel de gallina a ambos niños.

La Tercera, pese haber sido una muchacha bella, noble y gentil, había terminado convirtiéndose en el ser más desagradable, odiado y horripilante del mundo que formaba el Sueño. En algún momento determinado algo había ocurrido dentro del corazón puro de la Reina, haciendo que se corrompiera y que se tornara siniestro, frío y oscuro; cargado de odio, ira y locura. 

Por motivos desconocidos, ya que ni el propio Cheshire lo sabía a ciencia cierta, la Tercera Alicia había abandonado su tarea de proseguir con la Creación y se había centrado en destruir todo aquello que había creado a base de cortar cabezas o realizar cierto tipo de creaciones indebidas. Wonderland había hablado con ella un par de veces, advirtiéndole de las atrocidades que había cometido, pero la Reina no le había hecho caso; es más, incluso llegó a burlarse de él y amenazarle con ordenar que le cortaran la cabeza. Finalmente, Wonderland se vio obligado a propiciarle el peor de los castigos que la Tercera podría haber imaginado jamás, y evidentemente, a sustituirla por una Cuarta Alicia... que no eran más que dos inocentes niños asustados a los que la Reina había tratado de engañar mediante una falsa invitación para que se acercaran al Castillo Real y allí poder acabar con sus cortas vidas.

Ahora que ambos eran conocedores de la verdad y de la desgracia que envolvía a la Reina, los hermanos no iban a caer en el truco de visitarla. Harían lo que Cheshire les había aconsejado: evitar a la Reina, unirse a los combatientes y al resto del Ejército Rebelde y esperar el momento oportuno para atacar el Castillo y derrocar a la malvada tirana.

Sin embargo, antes de eso debían hacer algo: encontrar y destruir dos esferas mágicas rebosantes de poder las cuales utilizaba la Reina para elaborar sus siniestros maleficios. Esas esferas mágicas se llamaban «los Ojos de la Reina» porque en algún tiempo atrás habían sido sus ojos y habían formado parte de su lindo rostro, al que luego Wonderland deformó como castigo por sus terribles actos. Si los destruían, los poderes malignos de la Tercera menguarían considerablemente y eso marcaría un paso más para derrotarla.

Lamentablemente, Cheshire no sabía dónde se hallaban dichas esferas de poder. Aún así, el Gato les aconsejó visitar a un conocido viajero trotamundos, famoso por sus historietas increíbles y fantásticas sobre sus diversos viajes, sus aventuras y sus enormes hallazgos. Tal vez esa criatura podría saber la ubicación exacta de los Ojos de la Reina, aunque todo parecía indicar que se hallaban ocultos en el interior del Castillo Real, lugar al que nadie podía acceder.

Wonderland: el Origen de AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora