Chapter XX: Pactos entre Demonios

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Paso saliva, tratando de hacerlo tan silenciosamente que ni él fuera capaz de escuchar ni sentir. El ambiente dentro de aquel lugar era únicamente comparado con el de un cementerio a las tres y media de la madrugada, acompañado de una secta satánica que estaba a punto de usarte como sacrificio. Observo a su líder, tan tranquilo y cómodo como era su habitual costumbre.

Un hombre de cabellos grises, usando un impecable traje de color gris, con camisa negra sin corbata. Sentado en una silla demasiado cutre para alguien de tan alta alcurnia como él, una silla de metal, incomoda por cierto.

Delante de él una mesa sencilla de madera, con algunas hojas en blanco, que solo servían para darle más seriedad al asunto. Y detrás de la mesa, estaba un chico, pelirrojo, de ojos aguamarina. Usando una camisa tan roja como sus cabellos y un sencillo pantalón de mezclilla con unos tenis.

Ambos se mantenían la mirada fija, mientras detrás de ellos estaban algunos de sus subordinados más allegados. Intercambiando miradas entre ellos y el grupo contrario. Esperando la respuesta del "Mapache"

-¿Quieres que nos unamos para matar a Kuro, solo por robarse a dos mujeres sin valor alguno?—Hablo por fin.

-Es más que eso... Gaara—Respondió el peli-gris. —Tanto tú como yo tenemos asuntos pendientes con ese albino de sonrisa angelical—

El pelirrojo torció un poco sus labios, era cierto, tenían más que asuntos que tratar con él, aquello era una promesa de venganza absoluta.

Como antes se ha mencionado, Kuro creo una reputación más que toxica, misma que de no ser por tantos rumores y muestras de los pocos sobrevivientes que aseguraban tanto como quien diría que en el polo norte hace frío aunque no hayan ido antes, que Kuro era un sádico demencial. Un hombre que poseía en su repertorio la gama amplia de tortura al estilo medieval, hasta sus propios métodos de tortura que dejarían más que traumatizado de por vida a un hombre adulto. Alguien que uso cadáveres para advertir a la policía que se mantuvieran alejado de él, usando no solo sus cuerpos, sino también los órganos, para escribir dicho mensaje en las paredes de la Jefatura de policía de Suna hace mucho tiempo, o aquella vez que incendio un banco solo por no tener cambio de billetes de a cien.

Alguien que pudo romper a una persona usando sus palabras, alguien que puede meterse en tu cabeza y torturarte día y noche sin necesidad de su presencia.

En otras veces que estuvo en Suna, y se metió contra los Tres de la Arena, termino por expulsarlos de Suna todo ese tiempo que estuvo hay. Cuando se aburrió de Suna y volvió a sus viejas andadas de viajes, Gaara retomo el control. Jurando que se vengaría de Kuro en algún momento.

Era su oportunidad, pero como un buen criminal, no haría las cosas gratis. Sabía a lo que se atenía y a lo que estaba arriesgando.

-Kuro nos ha hecho mucho daño a todos, al menos entre nosotros hay Honor—Hablo Kakashi. —Tenemos honor de hacer tratos, y respetarlos... pero ese albino no. Y por ello, es nuestro deber eliminar a una escoria que no funciona como debería—

Gaara cruzo sus brazos delante de su pecho, cerrando los ojos y suspirando. Tenían las de ganar, y las de perder. Un 50/50. Pero ni eso era suficiente, no al menos para él. Si ganaban, se harían un enorme botín y una reputación que les protegería el resto de sus condenadas vidas... pero si perdían, no existiría lugar en la tierra para esconderse de la venganza de ese albino de ojos rojos.

No negaba que tenían buenos hombres trabajando para ellos, tan solo él y sus hermanos ya eran una amenaza latente, y Kakashi, ni se diga. Solo una vez llego a verlos en acción y vaya que quedo muy sorprendió por tan buen trabajo que realizaron juntos. Pero... ¿sería suficiente para matar a un hombre como Kuro? Y peor aún, dentro de Konoha.

Unhealing PersonWhere stories live. Discover now