-Bonjour, señor Payne.

-¿Hay examen de francés?-sentí el pánico en su voz-No estudie nada, pero...pero no puede ser porque es el primer día de...

-Liam, solo bromeo.

-Idiota.

Liam había sido mi mejor amigo desde que estábamos en la barriga de nuestras mamás. De hecho ellas eran amigas desde hace mucho tiempo.

La abuela de Liam y mi abuela vivían a solo una calle de distancia.

Nuestras mamás jugaron juntas, tuvieron a los mismos amigos, sus novios eran amigos y con tan solo cuatro meses de diferencia Liam y yo vinimos a este mundo.

No recuerdo un cumpleaños, navidad, año nuevo o un verano lejos de él, porque éramos casi hermanos.

-¿Emocionado por el primer día?

-Liam, nunca pasa nada el primer día. Menos en este pueblo pequeño.

-Lo sé, pero tengo el presentimiento de que algo pasará.

-¿Tercera guerra mundial?

-No tan grande.

-¿Nuevos profesores?

-Quizás...

-¡Muévanse idiotas!-grito Gemma desde su bicicleta.

Nos hicimos a un lado y ella solo siguió pedaleando hasta el colegio, pero antes se dio el lujo de golpear a Liam en la cabeza, como todos los días.

-Sabes, tu hermana es grosera.

-Dímelo a mí. Vivo con ella.

Todos corrimos al escuchar el timbre sonar y al llegar al salón vimos los mismos rostros desde hace diez años.

Ningún compañero nuevo.

Sentía que en este pequeño pueblo nunca nada interesante iba a pasar. Ninguna persona nueva, ninguna cara nueva. Nadie en quien pensar, sabiendo que conocías a su madre, tía, abuela y casi tatarabuela.

Con Liam compartimos el banco desde siempre, donde yo ocupaba el rincón mirando hacia la ventana y él el pasillo. Bromeando que así serian nuestros asientos cuando voláramos hasta Estados Unidos algún día.

Las mismas clases del semestre pasado, en el mismo orden fueron pasando hasta la hora del almuerzo, en donde mi amigo y yo tomamos nuestra comida y caminamos hasta la cancha de futbol y muy solitariamente almorzamos.

-¿Te gustaría ir a una fiesta?

-Harry, ni siquiera nos invitan a las fiestas. Somos un par de frikis exiliados.

-Lo sé, pero solo hipotéticamente. ¿Te gustaría?

-Claro. Me imagino a mucha gente divirtiéndose y bebiendo alcohol.

-Con la música muy fuerte-sonreí.

-Escuché que le gustas a Rose. Va a estar de cumpleaños en unos días, dará una fiesta y...

-¿Quieres que sea su regalo?-bromeé.

-Por algo de contacto humano, no me quejaría.

-Olvídalo, no lo haré.

-Solo decía-levantó sus hombros.

Volvimos de clases y era la inscripción de las actividades extra programáticas, por lo que todos fuimos al gimnasio y buscamos algo que hacer el resto del semestre.

Había muchos talleres de deporte. Fútbol, lacrosse, voleibol, tenis y basquetball, pero como apestaba en los deportes los descarté de inmediato.

Infracciones de amor {Larry Stylinson} [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora