Capitulo 54:

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Rubius cerró la puerta con un golpe fuerte dejándome totalmente confundida. ¿De veras creía que lo estaba engañando? ¡Si él ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida! Y ahora estaba enfadado, odiaba que se enfadaran conmigo y más, sin razón.

-          Creo que deberías ir tras él… - dijo mi primo rascándose la cabeza. – Tiene una idea incorrecta cree que tu y yo… ya sabes…

-          ¿Sabes qué? No iré. Él ha sido quien ha confundido las cosas, él ha montado este numerito, ¿por qué debo ir detrás? – mi enfado empezaba a salir.

-          Porque eres su novia, ___. – estaba serio. – Y tú – se acercó a mí y me dio u leve empujoncito con su dedo – debes dejar de ser tan orgullosa. – se calló – Porque en una relación esto no funciona, el orgullo.

Tragué saliva. Tal vez tenía razón, pero yo no tenía la culpa. Suspiré y salí de casa, con la cabeza gacha y sin decir nada dejé a mi primo allí. Toqué la puerta del piso de mis vecinos y Mangel me abrió.

-          ¿Está Rubén? – pregunté.

-          No – dijo seco.

Iba a cerrarme la puerta en las narices pero puse el pie, fui más rápida.

-          Mangel, por favor… - supliqué.

Poco a poco la fue abriendo y me dejó pasar. Me acompañó hacia el comedor y pidió que me sentase en el sofá y él en una silla enfrente mío.

-          ¿Por qué lo hah’ hecho, ___? – estaba decepcionado.

-          Mangel, no es lo que parece…

-          ¡EHTABA BESANDOTE Y ABRAZÁNDOTE! – gritó.

-          CLARO, PORQUE ES MI PRIMO. – imité su tono de voz. – Además me besó aquí – señalé mi mejilla.

Abrió los ojos como platos.

-          ¿Tu…?

-          Primo, sí. Puedes preguntárselo a mi familia, que te lo confirmaran. – miré mis manos entrelazadas. – Y él… - sabía que iba a llorar – se ha enfadado por algo que no es… - mis ojos empezaban a humedecerse.

Se levantó y me abrazó.

-          No lloreh… Ehtopearáh el maquillaje… - me cogió por el mentón para que lo mirara – una princesa no tiene que llorar.

Le sonreí y él hizo lo mismo y volvió a sentarse.

-          ¿Qué debo hacer, Mangel? – pregunté.

-          Creo que debeh’ esperáh, no ha sido tu culpa…

-          Lo sé, pero, ¿y si no viene para hablar? – me tapé el rostro – No soportaría que esto acabara con un simple malentendido…

-          Ya lo solucionaremoh’ en la fiehta’, ahora vamoh’ – me animó y le obedecí.

***

Llegamos a la fiesta de Thous. Era un gran local con luces de todos los colores y con muchas salas. Había muchísima gente, demasiada para mi gusto. Mangel me cogió por la cintura, no me extrañó, pues muchas veces lo hacía, y nos dirigimos hacia un grupito de chicos.

-          ¡Mahe! – gritó uno.

-          Hola, Thous – le sonrió éste.

Hicieron el típico saludo de chicos.

-          ¿Tú eres ___, la novia de Rubius? – asentí levemente. - ¿Qué haces con Mangel? ¿No estás con tu novio? – me preguntó Thous.

-          Seguro que lo está engañando con Mahe – soltó uno del grupo que no sabía quién era. Todos rieron menos el anfitrión y Mangel.

Me sentí como si hubieran punzado mi corazón. ¿Sabían lo que pasó? ¿Rubius se lo contó? Otra vez las ganas de llorar aparecían.

-          Callaroh’ – pidió mi acompañante. – Vamoh’, ___...

Nos dirigimos hacia una salita pequeña pero con bastante gente. Nos sentamos frente a la barra pero Mangel se levantó de golpe.

-          Mírame bailando – dijo meneándose un poco haciéndome reír.

-          Vale – se dirigió a la pista de baile y me quedé viéndole y riendo por como hacía el idiota.

Mi error fue mirar un poco a la derecha, porque mi mundo se derrumbó completamente. Había una pareja besándose, como si fuera lo último que hicieran. Eran Rubius y esa chica, la chica que hace meses atrás era su novia. Esa rubia impresionante estaba robándome los labios de MI novio.

Con los ojos con lágrimas, me acerqué con ellos y los separé. Los dos gruñeron y me miraron con algo de enojo en los ojos. Miré a Rubius y cambió su cara al verme llorar. Le di una bofetada y lloré más fuerte. Se tocó la marca producida por su mano.

-          ___... – sólo dijo.

Noté como la rubia, Sandra, creo que se llamaba, se fue.

-          No, ___, no. Diego era mi primo – eso fue lo último que dije.

Me giré y corrí hacia la salida. ¿En serio estaba pasando esto? Estaba más que destrozada, me costaba respirar y mis piernas flaqueaban… Quería morir en ese instante. Rubén fue quien me iluminó mi negro mundo, y ahora era él quien lo volvía a apagar. ¿Por qué yo no tengo un final feliz?

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Hehe he subido un capitulo sorpresa^^ Estaba inspirada y mira :') hahaha seguro que os gusta esta sorpresa! e.e

Pfff dramas, dramas y más dramas XD pobre Rojiza :(

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¿Los sueños se cumplen? (ElRubius y tu)Where stories live. Discover now