Capitulo 30:

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MARATÓN 1/?

-          Hola – dije seca pasando por delante de él y pulsar el botón del ascensor.

-          Emmmm… ¿Te vienes a cenar?

“Hace semanas que no lo ves y no sabes nada de él, acéptalo, idiota”, dijo mi subconsciente.

-          Está bien, suerte que he salido temprano de la universidad. – el ascensor vino – voy a cambiarme y nos vemos a las…

-          Ocho – terminó mi frase.

-          Está bien – le sonreí un poco – Hasta luego.

Cuando las puertas del ascensor se cerraban, vi que Rubius saltó de alegría y reí. Era tan mono…

***

Faltaban dos horas para ir a casa de Rubén y Mangel y yo ya estaba lista, con un vestido de verano naranja pastel que llegaba hasta las rodillas y de tirantes. Maquillaje poco, muy natural. Estaba recostada en la cama aburrida, ¿qué haría en dos largas horas? Después de pensarlo mucho, recordé lo que me compré hace tres semanas: el juego de pokémon. Busqué mi nintendo DS, descolocando todo lo de mi habitación y ¡tachán! Estaba en una caja que aún no la había desempaquetado. Puse el juego en la consola y me trasladé en mi mundo, mi infancia. No sabía ni qué hora era pero el teléfono sonó, haciéndame despegar de mi DS.

-          ¿Sí?

-          ¡Rojiza!

-          ¿Qué pasa? – me asusté, creía que llegaba tarde - ¿llego tarde? ¿Qué hora es? ¡Ai lo siento! – me levanté de la cama apresuradamente.

-          ¡Estate quieta! Aún falta una hora, ¿es que no tienes reloj, muyaya? – le hice caso, apenas eran las siete.

-          Uff, vale, lo siento. – hubo una pausa - ¿entonces qué quieres?

-          Bueno yo… Sho’ quería sabéh si la shiquilla le guhtaría ir conmigo a dar una vuelta – imitó el acento argentino. Reí, con él siempre reía.

-          Mmmm… Está bien, caballero argentino. – mordí mi labio. ¿Desde cuándo se me pasó el enfado? Nah, me daba igual ya.

-          En cinco minutos vengo, rojiza.

-          Valeee – pero no lo escuchó ya que colgó.

Apagué la consola y me la metí en el bolso, quería enseñársela. Me miré por última vez al espejo y ya estaba lista para cuando el timbre sonó.

-          ¡Hola! – gritó dejándome sorda.

-          Joder, ¡no hace falta que grites! – dije con el mismo tono de voz. - ¿Vamos? – dije caminando hacia las escaleras pero él estaba quieto. - ¿Rubius?

-          No me has saludado… - señaló su mejilla.

Suspiré y le iba a dar un beso en la mejilla, pero él se giró hacia mí juntando nuestros labios, haciendo un corto beso, un pico, lo justo para que me quedara atontada. Noté como él ya estaba bajando las escaleras.

-          ¿Rojiza? – dijo sonriente. - ¿Te vienes o te quedas allí?

-          Ah-ah… ¡Sí, voy! – sabía que estaba muy roja ya que Rubén no paraba de reírse.

Estábamos en el portal y me paró.

-          Tienes ponerte esto. – me entregó una banda. Fruncí el ceño. – Quiero llevarte a un lugar, pero es una sorpresa. – sonrió transmitiéndome confianza.

Bufé.

-          Está bien… - le di la espalda para que me pusiera el pañuelo en los ojos.

-          ¿Ves algo? – me preguntó. Sabía que estaba haciendo gestos delante de mí.

-          Noup – negué.

-          ¿Confías en mí, rojiza?

-          No – bromeé. – Tengo miedo, ¿cómo piensas llevarme?

-          En metro. – dijo él obvio. – Venga, vamos.

Iba a negarme pero me cogió de la mano arrastrándome. Se sentía muy bien con su mano entrelazada con la mía. Me sonrojé de nuevo y recordé el beso de hace unos minutos. Con la mano libre toqué mis labios y sonreí.

_____________

¿Dónde creéis que la lleva? :3 

¿Los sueños se cumplen? (ElRubius y tu)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin