Aciano &Nomeolvides...

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Pov Hongbin.

Con risas y palabras animadas por parte de los tres llegamos al fin a nuestro "hogar". Por el rabillo de mis ojos volteaba a ver de ves en cuando a Taekwoon, no lo demostraba más sabía que su molestia estaba ahí.

-bien, familia, este es nuestro nuevo hogar!- abrió lentamente la puerta dejándonos ver un poco de aquel nuestro hogar.

Ninguno decía nada más la emoción estaba ahí, queriendo dejar esto de lado me giré hacia el tratando de sonreír lo más normal y mostrarle mi alegría más al encontrarse nuestros ojos él fue en apartarlos de nuevo.

" él era incapaz de olvidarlo así como así. "

-entremos, te mostraré tu cuarto Teak! Y verás que es el más especial de la casa. - sin decir algo para mí tomo a nuestro hijo en brazos adentrándose primero.

Con un gran suspiro y tristeza entre a aquella casa cerrando detrás de mí la puerta y con ello abriendo mis nuevas dudas y preocupaciones.

"Será así siempre, la tranquilidad al fin había legado a su fin, de ahora en adelante sólo sería así de tensa nuestra relación."

Caminaba hacia dentro de aquella casa sintiéndome más perdido, sintiéndome distinto, no encontrando en ella aquel "refugio" que simbolizaba para nosotros, sólo podía sentirme extraño y aun mas nervioso.

"Sólo aquel lugar aumentaba mis temores de que si ambos éramos lo suficiente fuertes para seguir unidos, por cuanto tiempo?"

-omma!!!- las veloces pisadas de nuestro pequeño me hicieron salir de aquellos mis deprimentes pensamientos.
-que sucede?- sonreí cómo si nada me atormentará hincándo me ante él. No decía nada más sus ojos iluminados me indicaban que era algo bueno, "asombroso" lo que había encontrado.

Sin decir nada solo sujeto mi mano, tirando de ella para que lo siguiese a donde él quería. Con una gran sonrisa guíe mis pies hasta una de las tantas habitaciones de aquel departamento "demasiado grande para ser lo" mi duda enternecida se detuvo al adentramos en aquel cuarto, no tenía demasiadas cosas en el, sólo lo "indispensable" sin pensarlo mucho sabía que aquella habitación era la de nuestro hijo.

Aún asombrado me adentre en aquella habitación no creyendo lo que mis ojos volvían a presenciar.

Pintadas las paredes con un azul tan bello que parecía irreal, la gran cantidad de luz natura que entraba por aquel enorme ventanal sólo hacia que fuera aún más hermoso todo combinado perfectamente para recrear aquel mi escenario. Para los demás tal vez sería como estar en el cielo más para mi era como revivir aquel sueño. Aquella confusa visión que aveces me llegaba a aterrar más aquella "representación" física de mi "gran temor" me daba una rara tranquilidad.

-Aciano y nomeolvides... Hermosos, no?- la voz tranquila de Taekwoon a mi lado me hizo apartar mis ojos hacia él. Lo miré sin decir nada aún "aturdido". Notando mi silencio me miró ahora confundido.
-qué?- fue lo único que pude pronunciar. Su sonrisa divertida apareció en sus labios logrando aliviar un poco nuestra incómoda tensión.
-son los nombres de los colores de la habitación, el azul no es mi color del todo preferido más extrañamente me recordaba a ustedes...a ti. - su sonrisa tierna se contagió en mi tranquilizando me más en sus ojos aún percibía aquel brillo receloso.
-es hermoso...

Mire una ves mas aquel cuarto dejando salir un gran suspiro. Si fuese paranoico creería que la desgracia a llegado de nuevo a nuestra vida para quedarse un largo tiempo con nosotros.

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-descuida, las ventanas son blindadas y seguras para Taek. - me aseguraba confiado mientras comenzaba a sacar mis cosas de la maleta.
-ok. Esta bien, confío en ti. - solté un suspiro tratando de tranquilizar me, "Taekwoon es igual o más precavido que yo"

MI PRIMERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora