Capitulo 27 Noches de insomnio.

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 ―Cariño ―La desconfianza se palpa en el tono de mi padre al hablar, acepto la cerveza que me entrega mi madre, quien a su vez le entrega otra copa al Tritón ―El Señor Procedes esta pidiendo mi consentimiento para salir formalmente contigo ―Me atraganto con mi bebida, mis ojos terminan llorosos cuando logro calmar la tos, fulmino a Luciano con la mirada, pero no desmiento nada, mis padres necesitan esto, sé que es una mentira pero... ellos merecen creer que estoy entusiasmada con alguien más, aunque ese alguien sea él ―Dime ¿Estás saliendo con él? ―Guardo silencio escrutando de forma disimulada al atrevido que cínicamente le esta mintiendo a mis padres, parece complacido por mi reacción, lamo mis labios y sonrió como toda una actriz, hasta destilo amor al verlo a pesar de que con desespero quiero borrar la sonrisita de su boca.

―Si papá ―Respondo ganando la aprobación de mi Abuelo, quien yace sentado justo al lado del Tritón, el resto luce desconcertado y es que ¿Quien no? Esta tarde Pablo confiesa lo que siente por mí y horas más tardo actúo frente a mis padres para tranquilizarlos―Estamos saliendo ―Eso se sintió extrañamente amargo y bien al mismo tiempo, suspiro volviendo mi atención a la cerveza bebiendo todo el liquido de la botella de una sentada.

―Bien ―Mi padre suspira y se pone de pie, miro con malicia al intruso al imaginarme lo que le espera ahora que mi papá hablará con él, deberá portarse como un santo si quiere realmente que mi padre lo acepte, por supuesto una parte de mí espera ansiosa que mi papá lo saque a empujones de la casa para que aprenda a no mentirle a las personas, aunque claro, bajo las circunstancias es un poco descarado de mi parte ya que yo estoy apoyando esa mentira ―Señor Procedes ―El aludido sigue el ejemplo de mi viejo ―Acompáñeme por favor ―Mi boca se seca al ver que señala su oficina, enseguida me levanto y jalo a mi papá quien enarca una ceja ante mi repentino arranque.

―Papá... deberíamos...

―Voy a hablar con él ―Me interrumpe con gesto serio ―Si quiere salir con una de mis hijas debe hablar conmigo, de lo contrario no habrá poder humano que me convenza de permitir que mi hija mayor salga con su jefe ―Ni te imaginas que clase de poder tiene él ―Tú decides... ―Lo suelto al instante, el Tritón me guiña un ojo antes de darse la vuelta y desaparecer por la puerta, gimo a punto de gritar por esto, por este maldito día que no se cansa de darme interminables emociones, trago la espesa saliva en mi boca y me vuelvo hacia mi familia, quienes tienen miradas contradictorias por esto, por su presencia aquí.

―Lirio ―Mi mamá jala mi brazo y me lleva con ella hasta la cocina ―Dime la verdad ¿Estas saliendo con él? ―Aclaro mi garganta ―Tu mirada...

―Mamá...

―No hija ―Me corta al suponer lo que estoy pensando ―Sé que no lo olvidarás, imposible pero esto es... repentino.

―Lo sé ―Admito con la mirada gacha ―Trabajamos juntos... ―Intento con esa frase explicar algo que no sé explicar, necesito que mi mamá me crea, debe hacerlo.

―Si tú eres feliz ―Sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo es el mejor analgésico que existe, siento como si mi alma volviera a mi cuerpo, como con ese simple gesto el mundo se me acomoda, al alejarse veo su mirada cristalina y el nudo en mi garganta crece ―Quiero que seas feliz mi niña ―Acaricia mi mejilla, seco la lágrima que cae por su mejilla ―Lo mereces ―Mi nariz se humedece y es que duele, duele ver cuánto daño les he hecho, cuánto los he herido sin proponérmelo ―Debes alcanzar tu felicidad.

―Mamá ―La estrecho entre mis brazos, sonrío y beso su frente con todo el amor que siento por ella, por la mujer de mi vida, la que más amo en el mundo ―Seré feliz mami, lo prometo ―Uno de mis muros vitales de vida sonríe contenta, seca sus mejillas y suelta una risa para luego sacar del horno una bandeja de tequeños.

La Obsesión del TritónWhere stories live. Discover now