Capitulo 6 Es tarde para decir que no.

1K 62 31
                                    

―No, por supuesto que no, sólo no quería preocuparte además no fue...

―Lirio ―Me vuelve a interrumpir ―Debes estar clara en lo que quieres... ―Suspira y se queda en silencio ―Si no estas lista para casarte yo...

―Detente ahí ―Pido antes de que diga algo que no quiero escuchar ―Por supuesto que quiero casarme contigo, por supuesto que quiero todo contigo ―Él detiene el auto a la orilla de la autopista bajo unos arboles ―Créeme no hay nada que quiera más que ser tu esposa, que estar contigo.

El hombre a mi lado niega con la cabeza sin apartar la mirada del frente y las manos del volante, vuelve a negar pasando su mano izquierda por su cabello luciendo realmente tentador al hacerlo.

―¿Estás segura? ―Sujeto su cara entre ambas manos para que me mire a los ojos ―Lirio...

―Yo te amo a ti ―Digo con un nudo en la garganta ―Tú eres la razón de mi felicidad, no quiero perderte ―Una lágrima se me escapa ―Seré más abierta contigo, lo prometo.

―Lirio... ―Me estrecha con fuerza entre sus brazos ―Sentí tanta rabia e impotencia al saberte herida y lejos de mí, creí que no confiabas en mí, que no me necesitabas...

―¿Por Dios cómo puedes pensar eso? ― Inquiero sujetando su mano ―Anderson... te confiaría mi vida con los ojos cerrados...

―Shh ―Me hala hacia él y me envuelve de nuevo entre sus brazos ―Sólo quiero que estés segura de esto ―Besa mis labios y junta nuestras frentes ―Eso es todo.

―Lo estoy ―Afirmo besándolo en los labios, beso al que él corresponde gustoso ―Te juro que lo estoy ―Sonríe en el momento en que me pongo a horcajadas sobre él olvidándome por completo de donde estamos ―Nada evitará que te tenga a mi lado mientras viva ―Aseguro sin controlar el frenesí que se apodera de mí al besarlo ―Te amo Anderson.

―Yo también te amo cariño ―Corresponde a mi beso con el mismo deseo, con la misma pasión ―Siempre estaré contigo mi vida ―Más evita que logre mi objetivo de quitarle la ropa, le dirijo una mirada poco amistosa obteniendo una sonrisa coqueta de su parte ―Estamos en plena autopista ―Explica con la voz bastante ronca, se aclara la garganta y mira el exterior ―Vamos a un lugar más privado ―Sugiere y me bajo de él como quien no quiere la cosa, me acomodo en el asiento del copiloto, abrocho el cinturón de seguridad y bebo agua para calmarme, me quedo viéndolo mientras conduce hacia nuestro destino, acaricio la parte de atrás de su cabeza contemplando a mi futuro esposo ―Es guapo ―Me digo ―Hermosas pestañas, ojos marrón, cabello corto de color castaño y piel morena, para un hombre que tiene poco tiempo para ejercitarse se ve bastante bien, algo de grasita abdominal más no sé porque pero me encanta así ―No vayas a hacerme mal de ojo ―Pide con la mirada llena de satisfacción ―Dentro de poco me caso y debo lucir expendido para mi prometida.

Suelto una carcajada.

―Así vayas en harapos ella no dudara en casarse contigo ―Vuelvo a reír al ver su cara de desagrado.

―¿En harapos eh?―Se encoje de hombros ―Bien, tendré que ver donde consigo harapos para entonces ―Suelto otra carcajada al verlo serio ―Ya sabes, asistiré a nuestra boda en harapos.

―Vas a imponer una nueva moda ―Me observa de soslayo ―El día que estaba probando mi vestido había un hombre y por su cara pude ver que estaba harto, creo que él seria feliz si se pudiera casar con lo primero que consiga en el armario.

―No todos los hombres se emocionan con la idea de pasar el resto de su vida junto a la mujer que ama ―Explica con gesto serio ―Agradezco a Dios que mi caso es especial.

La Obsesión del TritónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora