The Chase || Ashton Irwin (Traducida)

Capítulo Cuarenta y nueve

Pisé el freno al llegar al final de la calle vacía. La situación hizo que me inclinara hacia adelante y volviera a desplomarme en el asiento. Mi respiración era agitada y, mi mente nublada no podía entender por qué había salido de esa casa, dejando tales palabras volando en el aire. Mi padre se veía más que enojado, pero no creo que lo que hice le moleste tanto... especialmente después del episodio entre él y mamá.

Acerqué mis piernas a mi cuerpo y me quedé así, moviéndome de atrás hacia adelante. Mi respiración agitada y mis tibias lágrimas parecían ser más reconfortantes que estar en ese manicomio de incomodidad y desesperación que llamo hogar.

Me preocupé, siendo honesta. Lo último que quiero es que algo le suceda a mi familia... como lo que pasó con la de Ashton. Si lo que me dijo mi hermano el otro día es cierto entonces, ¿qué vendrá después? Nunca estuve despierta para escuchar cualquiera de las "peleas" que decía mi hermano que se oían en el primer piso cada mañana y, para ser honesta, no quiero estarlo. Nunca.

De seguro nada muy intenso podría pasar, ¿cierto? Tal vez esto es sólo un problema pasajero en su relación. Sí, probablemente sea eso. No tengo nada de experiencia para saberlo, pero estoy bastante segura de que todas las parejas pasan por eso. Es posible que Ashton y yo pasemos por algo así en algún momento. Debe ser normal.

Ashton. Mis pensamientos cambiaron al instante y más lágrimas salieron de mis ojos. Ahora no sabía por qué estaba llorando, es sólo que hay tantas emociones volando en mi cabeza en estos largos minutos en que estoy sentada dentro de mi auto. Se sentía más caluroso de lo normal. Cerré mis ojos, descansando mi cabeza en el respaldo.- Ashton -susurré. Saqué mi teléfono de mi bolsillo y me equivoqué en escribir mi clave tres veces debido a que temblaba demasiado-. MIERDA -grité, aunque nadie pudiera escucharme. Finalmente desbloqueé mi teléfono y busqué a Ashton entre mis contactos.

Dejé escapar otro grito de aliento cuando escuché la contestadora casi al instante. Debe estar sin batería. Pensé y suspiré. Tiré mi teléfono al asiento de al lado y encendí el motor del auto otra vez. De ninguna forma volvería a mi casa esta noche, así que no me queda de otra que ir donde Ashton. Ahora sólo necesito ver su rostro y escuchar su voz, definitivamente me haría sentir mejor.

Aceleré una vez más y conduje en silencio todo el camino fuera del vecindario. No parecía estar distraída por nada ya que mi vista estaba pegada en el camino, como si de esta forma fuera a llegar más rápido donde Ashton. Finalmente doblé y me alejé del centro, donde pasé conduciendo por el vecindario de Michael. Recé a Dios porque Ashton estuviera donde creía, porque no tenía ganas de buscarlo. Doblé por última vez llegando a la vieja calle que me llevaba hacia el remolque de Ashton. Vi la solitaria pieza de maquinaria no muy lejos. Había luz saliendo de la única ventana, haciendo que el remolque se distinguiera fácilmente en la oscuridad.

Estacioné el vehículo de mi madre junto a una señal "pare" junto a la roja camioneta de Ashton, su presencia me dio esperanza de que Ashton estaba en casa. Salí del auto y me sorprendí por lo frío que estaba afuera, liberándome de todas las travesuras acaloradas de la ciudad. Con mis brazos cansados rodeé mi cuerpo, intentando darme calor mientras caminaba a la puerta frontal. Golpeé la vieja puerta un par de veces y retrocedí un paso. Esperé unos segundos y finalmente la puerta se abrió.

Ashton se paró ahí, con skinny jeans negros y una camiseta café de cuello redondo. Su cabello estaba desordenado y su preocupada mirada brilló a través de sus grandes lentes negros. Estaba totalmente confundido al verme en su puerta y también porque estaba llorando. Pero, aun así se veía perfecto.

- ¿Brooke? -preguntó, bajando del remolque y despacio cerrando la puerta detrás de él.

- Hola -susurré.