Capítulo 27: Un trato con un Dios

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Sharon notó como sus pies dejaban de flotar en esa niebla negra y en como descansaban encima de una superficie plana y fría. El Portal del Dios Hades había sido uno de sus viajes en el vacío más suaves y rápidos que la deleiter neutral había vivido. La chica observó su alrededor y se dio cuenta que estaban en el mismo lugar dónde ella se había encontrado con Egon, bebiendo vino y riendo con ese ser de piel gris. El tablero de ajedrez estaba a un metro de Helios y de ella. La chica volvió a captar como sus sentidos volvían a conectar con su exterior y en como su mano todavía estaba entrelazada a la de Helios. La muchacha lo miró y se dio cuenta que Helios estaba mejor de lo que se esperaba. Parecía un poco aturdido, pero podía mantenerse en pie por sí solo. La chica vaciló sí soltarle la mano o no, pero fue él quién lo hizo, dejando a Sharon con un extraño vacío en sus manos.

-¡¿Quién quiere un poco de vino?!- Hades sostenía en sus extensas manos varias copas recubiertas de un líquido rojizo.

Sharon miró a Egon al momento, quién todavía escondía a Evelyn y Azul detrás de sus espaldas, aunque ahora parecía ligeramente más relajado. Pero después la joven se acordó en como la pequeña de las coletas rosadas le decía que Egon era todo mentiras. El muchacho hizo un gesto con su mano, rechazando el ofrecimiento del Dios. Hades se encogió de hombros, y sin mirar al humano y a ella, hizo desaparecer sus copas. Estaba claro que Hades solamente estaba interesado en agradar a Egon.

-Muy bien, desalmado Black.- Hades se acercó a su tablón de ajedrez y cogió una de las fichas que avanzó en diagonal, haciendo que una figurita con forma humana y recubierta por una armadura, se quedará fuera de la partida. Inesperadamente, se escuchó un grito que congeló completamente el alma de la muchacha de cabellos oscuros. Sharon percibió como una brisa pasaba por encima de su cabeza y se percató que a pocos metros volaba el alma de una mujer con una armadura que se dirigía de dónde las luciérnagas habían guiado a sus amigos.- ¿Qué planes tienes para mí? Espero que sean divertidos.

-Voy a ser claro, Hades. Vengo a pedirte un favor.- Las palabras del chico hicieron que prácticamente al mismo momento el Dios soltase una carcajada que hizo que pequeñas secreciones salivales saliesen de su boca de tiburón.

-Sí, sin duda no has perdido tu sentido del humor. Ahora enserio, Black ¿Qué criatura es tu próxima víctima?

-Todos los que hagan falta para que me devuelvas el alma de Electra.

-¿Electra...?- Hades frunció su ceño y se acarició con sus largos dedos grises su mentón.- Pensé que ella estaba... viva.

-Su alma fue arrebatada por tu hermano Zeus, ya te lo dije.

-¡Es cierto! Se me olvidó por completo...Te lo advertí. Los Dioses que viven en el Olimpo se lo tienen todo muy creído. Deberías de habértelo pensado mejor antes de rodearte con ellos.

-Yo, jamás, me rodearía con esa panda de asesinos.- Sharon percibió como Egon apretaba sus puños en sus costados y como intentaba contener su ira.

-Pero sí conmigo.- Hades mostró su sonrisa. Su dentadura era completamente blanca y cada uno de sus dientes terminaba en punta.

-Tú no matas deleiters. Solo los utilizas para fastidiar a tus hermanos, los Dioses del Olimpo.

-No te sientas manejado, joven Black. Tú también me has utilizado a mí durante estos dos últimos años.

-Vaya, ya veo que te acuerdas de lo que te interesa, Hades. Y también me doy cuenta que no estabas mucho por escucharme cuando te pregunte por el paradero de su alma.

-Tú me dijiste que Dánae te había dicho que el alma de Electra se encontraba en el reino de los corazones y las almas extraviadas. Tú me preguntaste como podías llegar hasta allí y yo te dije que fueras a ver a las brujas. Así que no me acuses, joven Black. Es culpa tuya en no sospechar más y cerrarte a tus ideas para alcanzar tu objetivo.

Deleiter: la dictadura del corazónWhere stories live. Discover now