Capítulo 12: El instinto

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-¿Como qué se la han llevado?- Sharon limpió una de las nuevas lágrimas que comenzaron a caer por el rostro de la muchacha de coletas rosadas. Los ojos de Evelyn a ella le recordaron a cuando llovía, dejaba las diminutas gotas sobre las hojas verdes de las plantas, resbalando lentamente hasta caer en picado hacía el suelo. Al igual que estaban haciendo los ojos de esa chica con sus lágrimas.- ¿Quiénes?

-Ellas... Las almas.- Susurró la chica con un miedo tan penetrante que su labio no dejaba de temblar.

Sharon volvió a clavar su mirada en los ojos negros de Azul y una enorme sensación de vacío le inundó el cuerpo. La pequeña sí tu viera los ojos cerrados parecería que estaba teniendo un ameno sueño, pero no había su cristal en ellos. Solo un negro basalto que helaba hasta el último hueso de la joven. Sharon volvió a escuchar el sollozo de Evelyn y toda su atención fue a ella. La atrajo a su cuerpo y la abrazó.

Era la primera vez que Sharon se sentía tan protectora. Nunca antes había tenido esa necesidad de proteger a alguien en cuerpo y alma. Ella siempre había sido la protegida, sí no era por el brazo de su padre hacía su madre; o era por el de Helios, enfrentándose a ese Duque de la barba negra. La joven pudo notar como las lágrimas que pasaban por las mejillas de Evelyn se deslizaban hasta su piel por encima del escote, transmitiéndole el hueco en el pecho que la niña sentía.

Inesperadamente, Sharon volvió a percibir como sus cabellos se alzaban y se enredaban entre ellos. Y no solamente era su pelo, también las coletas de Evelyn había comenzado a formar pequeños tornados por sus puntas. Ambas se separaron, pero sin terminar de soltarse las manos y alzaron la cabeza hacía arriba. Una alma se encontraba sobre sus cuerpos, vagabundeando en busca de una nueva presa. De una nueva ánima.

Sharon ahogó un gritó, pero Evelyn no fue capaz de no hacerlo. El alma desprendió un alarido tan agudo que hizo que Sharon se tuviera que taparse los oídos con sus manos. Evelyn se tiró hacía atrás, cayendo al suelo de culo, a un lado de su amiga sin espíritu. La chica volvió a levantar su cuello hacía el techo de la niebla, y observó como el alma comenzaba a zigzaguear hacía la dirección de Evelyn.

-¡Evelyn! ¡Cuidado!- Pero la chica nunca se movió.

Ella se había quedado ahí quieta y el alma había avanzado hacía ella, cayendo en picado desde su posición inicial. Cuando el alma parecía que iba a impactar con el cuerpo convulsionado de la pequeña del mismo temor que sentía por esa criatura, se paró lentamente, como un tren de vapor al llegar a su nueva estación. Sharon, entre la confusión de Evelyn que había alzado su cabeza y sus ojos brillantes estaban reflejando la capa del alma negra, comenzó a gritar su nombre. Pero esa chica parecía que ya no estaba en el mismo reino que Sharon. El alma la tenía totalmente absorta y aterrorizada.

El alma volvió a emitir un sonido agudo que hizo que el flequillo que caía sobre las sienes de Evelyn, se moviera ligeramente. La pequeña cerró sus ojos verdes fluorescentes y el alma retrocedió un par de metros, como sí tuviera compasión del alma despavorida de Evelyn. Pero al siguiente momento, la boca del alma se abrió y se inclinó a pocos centímetros del rostro de la chica, haciendo que ella también separase sus labios y algo blanco comenzase a salir de su boca. Los ojos verdes de la muchacha se abrieron de una forma tan excesiva que Sharon pudo comprobar como poco a poco iban perdiendo su color.

Pero entonces llegó su voz. Pero no la llamaba a ella. Tampoco a la pequeña. Solamente estaba maldiciendo en voz alta como haría un caballero sin ningún tipo de cortesía.

Egon había aparecido de la nada, con su navaja. Sharon se preguntó que es lo que iba a intentar con ella ¿partirla en dos? Eso era algo inútil. La joven había leído en uno de los libros que le prestó su padre, que el alma con el que luchaba una heroína era más ligero que el vapor del agua. Transparente, imposible de destruir. No sin una fuerza mayor.

Deleiter: la dictadura del corazónМесто, где живут истории. Откройте их для себя