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—Ten —dice Maxell, dándome un plato de huevos revueltos y dos rebanadas de pan.

Lo pongo sobre mi regazo y me meto cucharadas a la boca para después darle un mordisco al pan. Maxell me ve y ríe negando con la cabeza.

—¿Dónde quedaron tus modales, Francis?

Aunque intenta hacer una broma, su voz carece de humor. Yo no le hago caso y sigo comiendo, deleitándome con el delicioso sabor salado y grasiento. Todos a mí alrededor comen y se forma el sonido de bocas masticando y cucharas chocando contra platos casi vacíos. Pero Maxell no come. Está muy quiera, mirando un punto inexacto de la alfombra.

—Nunca había venido a Villa vox —murmura pensativa—. Hasta ahora.

No sé a dónde quiere llegar con sus palabras, pero debo responder, así que digo con un encogimiento de hombros:

—No es la gran cosa.

Suelta una risa que parece más bien un bufido irritado.

—Para ti. Tú siempre has vivido aquí, pero para personas como yo... —Sacude la cabeza—. Que mal que haya tenido que conocer Villa Avox en esta situación. Ni siquiera pude meterme al jacuzzi de una mansión. ¿En tu casa tenían jacuzzi?

—Sí, si quiera podríamos ir.

—No, llamaríamos la atención. Además, no es como si tuviera ánimos para nadar.

Termino los huevos y las dos rebanadas de pan, y quiero más. Todos queremos más, pero hemos arrasado con la caja de huevos. Maxell promete que buscara más mañana cuando salgan, y que hasta podría traernos fruta, y todos se consuelan al escucharla. Pasamos el resto de la tarde jugando partidas de dominó, y en la cena regresamos a las latas de sopas, pero nos las comemos sin quejarnos porque no tenemos otra opción y porque tenemos la esperanza de que Maxell y los otros encuentren verdadera comida en las casas.

Antes de irnos a dormir el Sr. Sterling pregunta quien saldrá mañana y, nuevamente, la primera en levantar la mano es Maxell. Después se le unen Chrix, un chico de más o menos mi edad, y Axel.

—Uno más —pide el Sr. Sterling.

Los veo a todos. Está Elune, la recién llegada, pero apenas tiene trece años y no creo que sea de mucha ayuda. Está Vladimir, pero me acabo de dar cuenta que tiene una cojera notable en la pierna derecha. También está Magda, pero no creo que si los persiguen los no conscientes pueda siquiera correr, es muy vieja y robusta para someterla a un viaje así. A Dagor hoy al parecer no le apetece ir, al igual que a Rex y Jizo. Lihn mantiene la cabeza gacha. Alya y Brya están completamente descartados. Por lo que solamente quedo yo como opción.

Los ojos del Sr. Sterling me escudriñan mientras espera un voluntario. Espera que yo hable. Y Maxell parece que me matara con la mirada. Le dije que hoy me ofrecería.

—Yo voy —digo. No lo digo tan alto con la intención de que no me escuchen, pero lamentablemente lo hacen.

—Salen mañana. Ya pueden dormir.

Intento hacerlo, pero no puedo. Simplemente mis ojos no se cierran. Llega un punto en el que tanto es el silencio que el rumor del aire acondicionado suena fuerte en mis oídos y hasta creo que mis pensamientos han salido de mi cabeza. Y cuando finalmente puedo conciliar el sueño, no pasa mucho tiempo cuando Maxell me golpea suavemente con la punta de su bota en la mejilla.

—Ya es hora, Francis.

Me quito de mala gana las cobijas de encima y les doy un beso a Alya y Brya antes de colocarme los zapatos dejados en la orilla de mi catre. Mi vista sigue nublada por el sueño y la oscuridad que hay, por lo que hago tres intentos por amarrarme los cordones, y al cuarto lo consigo. Es muy temprano para que tenga hambre, son apenas las cinco de la mañana, pero aun así Maxell me entrega una rebanada de pan que sobró de la cena y una botella de agua. Me dice que será lo único que comeré hasta el medio día, así que le doy pequeños mordiscos al pan y los trago lentamente para disfrutarlo. Le doy un sorbo al agua y la guardo en mi mochila. Vladimir nos da instrucciones de salir con cuidado de la casa para no ser vistos por nadie, lo haremos por la segunda entrada, y al regresar nos repite que seamos cuidadosos para que nadie sepa nuestra ubicación.

ErradicaciónWhere stories live. Discover now