Capítulo 4 - Libro 2

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La actitud de Mística lógicamente tomaría el rumbo hacia su misión, experimentaba alegría desde los logros de otros, se sentía parte de la emoción que sentían  y  tenía un profundo respeto hacia ello.
Era bondadosa, colaboraba sin pedir nada a cambio,  aunque sentía cierta rebeldía.
Si era rebelde, era rebelde con las costumbres de los hombres, y vaya problema que tenía. No podía aceptar que las personas sufrieran por las mentiras que le profesaban desde las religiones, desde las culturas, desde las imposiciones familiares. Quizá ella entendía otras cosas o de otra forma, pero rebelarse le daba cierta libertad.

No quería ser parte del ganado, no quería que le vendan una gran cortina de humo, estaba rebelándose contra esas leyes  que en algún momento la juzgaron o las juzgarán.

 Ese día me desperté con una sensación de ordenar mi cuarto y dejar casi todo perfecto, brotó desde lo más profundo unas ganas inexplicable de escribir cartas y así lo hice, tome lápiz , papel y comencé a volcar en ellas mis sentimientos, agradecí en cierta forma la participación de ellos en mi vida, en la formación de mi carácter , de mi personalidad , por último les deje en claro cuanto los apreciaba. las cartas estaban dirigidas a las personas que vivían conmigo en la casa.

Mística



Misteriosamente MísticaWhere stories live. Discover now