Capítulo 15.

1.1K 141 14
                                    

Tao.

Aquel era un momento servido en bandeja. Con uno de los amiguitos de aquellos que tanto revuelo habían causado por allí las últimas semanas,  y la noticia de tenerle acojonado, el Sr. Do seguro que terminaría fiándose más de mí, y yo necesitaba eso.

Cuando llamé a la puerta, se escuchaban voces al otro lado. Parecían serenas y sin ningún problema, por lo que no me retracté en entrar cuando me dieron permiso, y abrieron la puerta ante mí.

- Ya te lo he dicho... Siempre has estado aquí, ayudando a tu padre y apoyándole, cariño... -Me interné un poco en la habitación, y me quedé quieto a un lado de la mesa ante la que el director y su hijo, estaban sentados, esperando al final de su conversación. Me dedicó un vistazo rápido, y volvió a lo suyo.- Hasta que el otro día, un soldado negligente te golpeó en la cabeza, e hizo que perdieras el conocimiento. -El chico puso una expresión de miedo, y miró a sus lados, como si esperara un golpe de nuevo.- Pero no te preocupes, ese hombre ya ha sido encerrado y castigado. -Era como ver a un padre intentando convencer a su hijo de cinco años de que sus pesadillas no eran reales. Una escena entretenida de ver, que al mismo tiempo me provocaba náuseas.

- Entonces... Formamos todos parte de una rebelión... 

- Exacto. -Cuando sonrió, las arrugas a los lados de sus ojos se hicieron más notables, haciendo que el chico fijara sus ojos en estas.- Pero, KyungSoo... ¿Estás seguro de no recordar nada en absoluto? -Negó con la cabeza.

Me apoyé sobre la pared a mi espalda e investigué un poco a mi alrededor, mientras hacía tiempo. Al muy cabrón la pérdida de memoria le había venido de vicio. No sabía exactamente lo que había pasado entre esos dos, pero estaba seguro de que en cuanto llegó, fue golpeado por mentiras por todos lados, y nadie le avisó de las que eran ciertas, y las que no. Y ahora jamás iba a descubrirlo... Probablemente.

Contuve una risotada, llevándome la mano a la boca disimuladamente. Como ese zagal recuperara la memoria, se iba a armar una buena.

-Te recuerdo a ti... Y a veces soy capaz de escuchar la voz de mamá en mi cabeza... -Bajó la mirada, y se encogió de hombros.- A parte de eso... Sólo un niño pequeño... ¿Tenía un hermano, papá? -El viejo negó con la cabeza.

-Aquel era un amigo tuyo... Un niño que llevé a casa, que terminó perdiendo su humanidad, y acabó volviéndose una moles... Terminó volviéndose malo, cielo.

El joven bajó la mirada, algo afligido. Parecía que aunque los recuerdos se fueran, los sentimientos perduraban. Interesante.

-Entiendo... -Mientras jugueteaba con sus dedos, volvió a alzar la vista hacia su padre.- ¿Puedo retirarme ahora... padre? -El hombre asintió, y el chico por poco se tropieza de lo rápido que salió de la sala, con la cabeza gacha.

- Que chico más sensible.

- Imagina no saber quién eres, y que te lo digan todo de golpe y sopetón. Dudo que sea como para quedar impasible. -Que te digan todo... O todas las mentiras tan bien organizadas, mejor dicho. Enfiló unos papeles sobre los que había estado apuntando cosas todo ese tiempo, y los apartó a un lado, volviendo su mirada hacia mí.- ¿A qué has venido, ZiTao?

Di un paso adelante, y subí un poco mis pantalones por el cinturón, que comenzaban a caerse demasiado bajo la bata blanca.

-Ha habido un pequeño percance, señor Do. Este chico... Chanyeol, es posible que haya... Presenciado algo inapropiado, de la misma manera que el doctor Minseok. Uno detrás de otro. -Se enderezó sobre la silla e hizo un leve gesto para que continuase hablando.- Hace como media hora, probablemente unos minutos antes de que fueran a llevarle a KyungSoo, estaba en la enfermería, encargándome de preparar la próxima cura de Chanyeol, cuando Minseok entró, gritando haber visto algo, que no se iba a quedar quieto mientras los mataban a todos, y que iba a avisar a Sehun. Había venido a avisarme a mí de ello, histérico. No tuve otro remedio que dormirle. -El viejo no cambió su expresión, y proseguí.- Antes de abandonar la estancia, comprobé que la gente no hubiera escuchado nada. Inyecté alucinógenos a aquellos que estaban despiertos, y a su hijo lo dejé en paz. Pensé que Chanyeol podría resultar útil si hiciera falta extorsionar de alguna manera a Luhan, por lo que le dejé en paz, bajo amenaza. Después me llevé a Minseok a una celda.

「ERROR: 391」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora