—Me matáis - termine yo.


—Iba a decir que te borramos la memoria pero es básicamente lo mismo- enarque una ceja- es decir que te vamos a matar pero.... con palabras suaves.


—Ósea mentir.


— También


— ¿Y cómo sé que no mientes ahora?


—Tendrás que confiar.


Mire al suelo y a mis manos que no paraban de moverse. El hombre no me imponía. Por alguna razón me producía buenas sensaciones aunque no del todo.


— ¿Pero porque?- parecía la pregunta más tonta del mundo y con mi voz que me traicionó pareció haber sido hecha por una niña de cinco años.


—Has conseguido escapar de una agente especial preparada para diferentes casos. Es una de las mejores. Sin ni siquiera tener experiencia. Te hemos analizado y pareces alguien que merece la pena tener en nuestro equipo si no demuestras lo contrario.


Asentí como si todo lo que me estuviera diciendo fuera lo más normal del mundo y que yo lo entendía.


—Tienes hasta esta tarde para decidir - dijo zanjando la conversación.


Antes de que pudiera preguntar pulso un botón en la mesa y los mismos dos chicos aparecieron a mi espalda. Uno de ellos me toco hombro haciéndome levantar.


Mire de nuevo al hombre que ya no me prestaba atención y me encaminé hacia la salida respaldada por dos supuestos agente.


—Señorita- dijo el hombre haciéndome volver- no tarde mucho en dar su respuesta- y seguidamente hizo un gesto con la mano para que me marchara.


De nuevo termine recorriendo los pasillos que antes había pisado. Recordaba cada uno de los giros en aquel monótono pasillo con luz artificial y sin decoración alguna.


Así que camine delante de los dos agentes, sintiendo sus pisadas detrás de mí y vire las veces necesarias, como si de un robot se tratara llegar a la misma habitación.


En uno de esos giros, con la mente a mil por hora tome hacia la izquierda sabiendo que estaba a punto de llegar cuando unas manos me agarraron por la cintura y me hicieron retroceder. Ce nuevo uno de aquellos chicos se colocó delante y camino obligándome a seguirle el ritmo. Llego a otra puerta que esta vez era blanca sin nada y se abría de forma normal con un pómulo. Cuando entre me encontré con una simple cama a un lado y una pequeña mesa al otro. No había nada más, ni decoración, ni ventanas y todo parecía sacado de una revista espacial.


Entre despacio dirigiéndome a la cama. Tenía los pies congelados y necesitaba echarme.


Cuando los dos chicos se fueron dejándome sola comencé a llorar, sintiendo que el mundo caía a mí alrededor con un peso insoportable. Pensé en mis padres, mis amigos e incluso en mi futuro o presente Ex.


No sabía cuánto tiempo había pasado y eso me ponía aún peor.


Cuando calme mis nervios permanecí tumbada durante un largo rato hasta que el aburrimiento se apoderó de mí. Encontré unas zapatillas al lado de la cama y empecé a recorrer la sosa habitación. Llegue a la puerta e intente abrirla, fue inútil ya que estaba cerrada.


A cada minuto que pasaba más creía que me iba a volver loca de aburrimiento. Pensé en todas las cosas. En mi perfecta y aburrida vida. En si realmente quería morir o si preferiría seguir haciendo "dios sabe qué".


Agente Shao _Libro 1Where stories live. Discover now