Capitulo 39: Un oso de peluche

10.5K 866 47
                                    

POV CRISTIAN

Mierda. ¿porque se lo dije? Ray me matara. Maldición, salgo detrás de ella, pero cuando cierra la puerta esta me detiene. Escucho el portazo que viene de la cocina. Abro la puerta y corro. Veo que Lara está afuera llamando a Ana.

- ¿Dónde está? - le pregunto

-se fue rumbo a las caballerizas. No se veía nada bien. Intenté detenerla, pero no pude- dice Lara.

Llego a las caballerizas, pero no hay nada extraño. Están todos los caballos incluso diosa y conde. Que vino hacer aquí. Escucho el ruido de cosa que se caen y provienen de la bodega. Camino hasta ahí. La luz esta prendida, entro despacio intentando encontrar a mi pequeña. Escucho su llanto, pero no tengo ni idea de donde viene.

Sigo caminando hasta que veo sus zapatos. Está sentada de una manera extraña. Esta abrazada a algo, como un peluche. Su cabeza y espalda están afirmadas en la pared, sus rodillas están dobladas casi tocando el abrazo con el oso. Lo que más me duele es que está llorando demasiado. Me acerco a ella, toca su brazo e inmediatamente se tensa.

Ella me mira y puedo ver en sus ojos un dolor que ni siquiera soy capaz de explicar, además de tristeza y rabia. Intento acariciar su mejilla, pero golpea mi mano para apartarla. Me quedo sorprendido. Nunca me había rechazado de esa manera. 

Y que esperabas, ¿Qué te aplaudiera por lo que acaba de pasar? Fuiste un idiota que le rompió el corazón a un joven que en parte y con mucho esfuerzo lo estaba construyendo. No creo que sea necesario que te recuerda que ella ha sufrido mucho por culpa de Carla y Amelia, suficiente tenía con eso, pero el más idiota de los idiotas tenía que soltar la sopa y no medirte en el momento. Odio a mi subconsciente cuando tienen razón.

-Ana- la llamo, pero no responde. Sigue llorando y no creo que pare luego.

-pequeña, mírame- intento tocarla otra vez, pero otra vez me rechaza.

-no... te... acerques... por... favor...- dice en un susurro.

-bebe, yo no quería decirte. Eso le correspondía a Ray y no a mí- le digo, pero ella niega con la cabeza y llora más fuerte.

-hasta... cuando... tendré... que... soportar... que... me... engañen... o... me... dañen...- dice en un susurro. La verdad no sé cómo responder a eso porque yo también me hago exactamente la misma pregunta.

-pequeña por favor... vamos a la casa... te vas a enfermar... está muy mojada tu ropa, por favor- estoy rogando que me haga caso. No quiero que se enferme, Ray me dijo que sus resfriados son horribles, que gracias a ese episodio siempre sus resfriados la han provocado fiebres muy altas y problemas para respirar, que, si no fuera por el médico, ella ya estaría en el patio de los callados.

-no... quiero... déjame... sola...-dice mientras llora. Este es un llanto catártico, pero no tengo idea que es lo que está pasando por su cabeza. 

Es lo mismo que ocurrió contigo hace unos momentos, te encerraste en tu mundo de dolor y no te diste cuenta que acabas de lastimar a tu mujer de la peor manera. Maldición, nunca se calla.

-cariño, sé que me comporte como un imbécil contigo. Me desquite contigo cuando lo único que has hecho es darme tu apoyo y cuidarme. No sé qué pasaba por mi cabeza cuando te dije ese secreto, pero no era mi intención. Te lastime y me odio por eso. Me odio por hacerte de llorar de esta manera. Esto me recuerda tanto a los primeros días cuando llegaste a la hacienda. Yo no quiero que se repita eso. Yo te amo demasiado como para que nos distanciemos- digo. No quiero que volvamos a dormir en cuartos separados, no lo soportaría.

-vaya, jama en vida pensé que mi hijo le rogaría a alguien y mucho menos a una bastarda- dice Grace. Genial esto era lo único que me faltaba. Ana vuelve a llorar y esconde su rostro. Su cuerpo se sacude violetamente cuando llora.

-lárgate antes que te eche de esta hacienda- le digo

-no me puede echar. Esta es mi casa. Yo soy la viuda de Carric Grey. Esto también es mío- me gruñe. Me levanto y tomo mi postura de patrón, una postura que da miedo y que intimida. Grace se da cuenta ya que retrocede.

-te lo voy a decir una sola vez y espero que te quede claro. Esta no es tu casa, nada de lo que hay en esta casa te pertenece. Todo lo perdiste por estúpida, egocéntrica y materialista. Si no fuera por mi mujer ustedes estaría durmiendo bajo la lluvia, ya que no me interesa lo que hagan o dejen de hacer con sus vidas, pero de lo que si estoy seguro es que si vuelves a tratar mal a Ana de la forma más simple que sea... olvídate de que tienes un hijo llamado Cristian Grey, ya que desde ese día estarás muerta para mí y ahora lárgate que tengo que arreglar unas cosas con mi esposa- ella me mira sorprendida pero cuando va a responder le grito -LARGATE- ella obedece y desaparece de mi vista.

Vuelvo a buscar a Ana. Ella se encuentra en la misma postura, pero su respiración es más calmada. No hay espasmos y eso me preocupa. Me acerco a ella y no hay esa sensación de tensión cuando la toco. Cuando la tengo a una distancia de no más de 20 centímetros, saco el oso de sus brazos. Al tocar sus brazos siento que están demasiados helados y su rostro es muy pálido. Sin pensarlo dos veces la tomo en mis brazos junto al peluche y la llevo a la casa.

Lara me está esperando con unas toallas secas y envuelve a Ana con ellas. Subo a la habitación y la dejo en la cama con cuidado.

-Lara por favor llena la tina con agua caliente, Ana esta demasiado fría y me está asustando- ella asiente, pero antes de hacer cualquier cosa, se gana a su lado.

-patrón lo que le pasa a la patrona es que esta desmayada. Pero no sé porque es tan helada- ella sale rumbo al baño a hacer lo que le pedí. Con cuidado saco su ropa que está estilando. La envuelvo en las toallas y la atraigo hasta mi cuerpo, cuando su cuerpo estar en contacto con el mío, un escalofrió recorre mi cuerpo al sentirla tan fría.

-patrón esta lista el agua- me dice Lara

-gracias y por favor que nadie nos moleste. Acuérdate que estamos aislados por la lluvia y no hay forma de contactar al médico. Hazte cargo de los demás por favor- le digo mientras camino rumbo al baño.

-como usted quiera patrón- sale de la habitación cerrando la puerta. Le quito la toalla a Ana y me meto con ropa, pero sin zapatos al agua con ella. No quiero que nada le pase, ella como dijo ya ha sufrido demasiado y no era necesario darle más carga. Yo y mi bocota. Ana se remueve y su mano se aferra a mi camisa con fuerza. Deja salir un sollozo y lágrimas corren por sus mejillas. ¿uno puede llorar cuando duerme? No tenía ni idea.

-mamá- susurra bajito tanto que me cuesta escucharla. Se aferra más a mí.

Unos minutos después la saco del agua, le envuelvo en la toalla y la llevo de regreso a la cama. Le seco cada parte de su cuerpo y le coloco una de mis camisas. Por mi parte hago lo mismo, me quito la ropa mojada, me seco y me coloco un pijama. Me acuesto con ella y la atraigo a mi cuerpo, por lo menos su temperatura corporal ha aumentado un poco. Ella se remueve, en sus brazos está el peluche y se acomoda.

-mamá- vuelve a decir. ¿Con quién está soñando? Pero la gran duda que me baja, ¿será un sueño o una pesadilla?

VEN QUE SOY BUENA... 

LES DEJO ESTE REGALITO... 

EL PRÓXIMO CAPITULO SERA SOBRE SUEÑO... 

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... 

LO ESCRIBÍ CON MUCHO CARIÑO PARA USTEDES... 

Y COMO SIEMPRE DIGO... NOS LEEMOS PRONTO



El Engaño: Miradas de Amor, Cristian y Anastasia (1 T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora