Capitulo 33: Discusiones

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POV ANASTASIA

Lara está cortando la carne en trozos pequeños. Según lo que me contó esa cocinando una cazuela de vacuno. Además de que a los trabajadores les encanta. Estar trabajando con tres fondos gigantes. Por lo que me conto Cristian, en esta hacienda trabajando más de 500 personas, por ende, el almuerzo es una de las comidas más importantes para la faena, sin contar el desayuno y el excesivo alcohol que beben.

Estamos en la cocina, estoy sentada pelando papas, Cristian por su parte esta cortando el zapallo y la señora Grace está pelando el choclo. No me ha gustado la forma en que se ha referido de mi persona, sé que estoy delgada y que necesito subir de peso, pero me cuenta. Lo bueno, es que, según el médico, en este mes de casada, he subido un kilo. Cosa que en mi vida de soltera por lo menos me hubiera tardado medio año.

-Anastasia ¿Qué es lo que te gusta hacer? - pregunta Grace.

-me gusta los diseños, la lectura y la confección de vestuario- le digo mientras dejo una papa pelada en el tiesto con agua.

-ya veo. ¿antes trabajabas o eras una vaga que vivía a costa de sus padres? - que directa y pesada es.

- ¡mamá! - le reclama Cristian.

- ¿Qué? No he dicho nada de otro mundo. Las niñas actualmente son así. Les gusta que los padres las mantengan y luego se buscan un hombre que las mantengan y así no hacer nada-

-basta mamá. Te aseguro que no quieres verme enojado- le gruñe. Suspiro pesadamente. Si pensé que Carla era única me equivoqué a lo grande. La madre de Cristian no conoce la palabra filtrar.

-trabaja ayudando a doña Rita. Ella tiene un taller de costura. No era mucho lo que ganaba, pero me servía para darme algunos gustos- digo intentando que el ambiente sea más cómodo.

- ¿gustos cómo cuáles? - Dios esta mujer no se cansa.

-generalmente era la comprar de telas, o útiles que necesito para plasmar los diseños que se vienen a mi mente. Además de algunos dulces- digo restándole importancia.

- ¿Qué edad tienes Anastasia? -

-tengo 20 años- digo sé que se viene algo grande. Sus ojos se abren de forma exagerada. Deja el choclo en la mesa y camina por toda la cocina analizando mi respuesta. Sé que 10 años de diferencia es mucho, pero según yo, mi padre y mis libros el amor no tiene edad.

- ¿Qué? 10 años de diferencia, 10 años. Cristian te casaste con una niña. Además, como su padre te pudo dar el consentimiento. Me niego a este matrimonio. Deberías haberte casado con alguien de 25 años o más, pero 20 años-

-YA BASTA. NO ERES QUIEN PARA CRITICAR ESO- le grita. Mierda está perdiendo el control.

-Cristian por favor contrólate. Acuérdate que es tu madre, por favor- digo mientras me acerco a él y le acaricio la mejilla. El suspira y pasa las manos por su cabello, son las dos esta vez a sí que tiene que estar contando hasta cien para tranquilizarse.

-Cristian no me hables así, aunque no te guste soy tu madre. Por lo tanto, merezco respeto- dice Grace.

-entonces respeta a mi mujer y estaremos en paz- le gruñe.

-es que aún no puedo creer que tengan 10 años de diferencia. Además de que se lleve bien con los trabajadores y los trate como a un más. Son solo trabajadores hijos- dice Grace enojada. Miro a Lara y veo como que en sus ojos hay tristeza. Cuenta hasta diez Ana, cuenta. No vayas a meter la pata.

-son personas que tienen sentimientos, anhelos y sueños. Ellos no necesitan que se le griten ni mucho menos que se les discriminen por ser trabajadores. Si ellos están aquí es porque lo necesitan. Además de ser respetuosos. ¿es que acaso no lo entiende? - digo enojadísima.

-mira niñita no hables así. Yo soy la madre de ese hombre que es tu marido y créeme puedo hacerte la vida de cuadritos- genial me he ganado una enemiga.

-Ana ve a la habitación y Lara acompáñala- dice Cristian despacio, pero por su postura sé que está más que enojado.

-está bien cariño, pero por favor ten cuidado con lo que vas a decir y como lo vas a decir. Acuérdate que es tu madre- le digo dándole un abrazo.

-lo sé, pero me saca de quicio. Odio su discriminación. Es mejor que subas- me da un beso en la cabeza y termina en abrazo.

Tomo a la Lara de las manos y salimos de la cocina. Ella me dice que corto el gas de los fondos. Y salimos rumbo al taller. Necesito que vea mi última creación. La hice estos días que estuve con reposo absoluto por la caída del caballo.

-el patrón se enojará si no vamos a la habitación- dice Lara.

-iremos, pero quiero que veas esto- le muestro mi nuevo vestido. Es de color azul, bueno en realidad la tela es suave y tiene flores azules hasta llegar a blanco. Me encanto el diseño. Además, estoy cansada de tanto blanco y este lugar el blanco no dura mucho siento blanco. Lara lo mira de un lado a otro, lo toma en sus manos y suspira.

-esta hermoso. Me gusta el diseño se nota fresquito pero un poco corto para mis gusto- dice mirando su falda larga. Quizás ahí está el problema.

-Lara ¿has pensado mostrar un poco de piel al momento de vestir? - le pregunto mientras comienzo a medir su cintura, cadera, hombros y demás.

-no, además Camacho no se fijará en mí, nunca-

-quizás, quizás no. Además, no pierdes nada con intentarlo. Y sabes algo yo te diseñare la ropa. Y dejaremos a Camacho de boca abierta- le digo

-no lo sé. Pero quizás pueda tener razón- ella me sonríe. Bingo te tengo. Escuchamos gritos y suspiro. ¿por qué la madre tiene que ser tan pesada conmigo? Seguimos hablando hasta que se escucha más gritos y después un portazo. Lara decide ir a la cocina y yo a la habitación. Creo que lo mas probable es que se encuentre ahí, lo hace para pensar.

Entro a la habitación y lo encuentro acostado de espalda. Con un brazo sobre su rostro y respirando con dificultad. Está cansado de la situación. Me acerco con cautela y me acuesto a su lado. Afirmo mi rostro en su pecho mientras lo miro. Suspira pesado, saca el brazo de cara y me mira. Mis dedos juegan con la piel que queda expuesta en su cuello. Toma mis dedos y los lleva a su boca. Los chupa y luego los muerde, haciendo que un gemido escape de mis labios.

- ¿me ayudas a borrar este mal momento? - me dice con voz triste

-claro, pero ¿Cómo? - le digo.

Se levanta y me besa mientras comienza a sacar mi camisa. Dejando a la vista mis sostenes y el collar azul. Besa mi cuello y lo mordisquea. Sube a mi oreja, la lame, la besa y la muerde. No sé qué está haciendo con mi cuerpo, pero en este momento él es el dueño y no tengo como negarlo.

-perdiéndome en ti- susurra mientras su mano baja a mis pantalones y se adentra al centro de mi placer. Sin que me dé cuenta, estoy completamente desnuda mientras él me penetra con apuro, sacando el mal recuerdo que le dejo su madre. Si es eso lo que necesita, aquí estoy yo para él, como sé que el estar para mí en cualquier momento. Llegamos al clímax juntos y se derrumba en mí. No sé cuántos minutos pasan hasta que lo escucho decir:

-siempre serás la primera en mi lista, siempre- no me deja responder y me vuelve a besar. Sé que lo necesita y también estaré para el siempre. No sé en qué momento se metió tan dentro de mí, pero estoy segura que mi vida no tendría sentido sin él.

OTRO MAS... 

SE QUE QUIEREN UNA MARATÓN PERO NO ME SALE LAS MARATONES. ESTOY CON PROBLEMAS DE INSPIRACIÓN... 

POR ESO PREFIERO POR AHORA IR PUBLICANDO ASÍ, SE QUE SE LOS PROMETÍ PERO NO ESTOY MUY INSPIRADA... 

ESPERO QUE ME ENTIENDAN... 

ADEMAS NO LAS HE DEJADO BOTADAS... 

ESPERO QUE ME COMPRENDAN Y LES HAYA GUSTADO EL CAPITULO... 

COMO SIEMPRE LES DIGO NOS LEEMOS PRONTO.



El Engaño: Miradas de Amor, Cristian y Anastasia (1 T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora